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PP y CiU exigen a Zapatero que "se vaya a su casa"

Artur Mas cree que el presidente está "amortizado". La beligerancia de los nacionalistas catalanes abre un panorama complejo para que el Gobierno apruebe sus Presupuestos.

madrid/Toledo. Ni las constantes idas y venidas de José Luis Rodríguez Zapatero y la vicepresidenta económica, Elena Salgado, a Bruselas; ni la concreción sobre los planes de reducción del déficit en 2011 y 2012, hasta ahora difusos, han conseguido aplacar a al PP y CiU. Que la secretaria general del primer partido de la oposición, María Dolores de Cospedal, no se apee de exigir al presidente del Gobierno que "se vaya a su casa de una vez", entra dentro del guión. Que el líder de los nacionalistas catalanes, Artur Mas, eche más leña a ese mismo fuego, en cambio, resulta más problemático para el PSOE.

Mas confirmó ayer que la carta que el portavoz de su formación en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, dedicó a sus militantes el viernes -y en la que abogaba por derribar al Ejecutivo mediante una moción de censura para crear un Gobierno de coalición que lleve a cabo reformas económicas y convoque elecciones- no era un verso suelto. Al contrario, era el primer tiro al aire de una coalición que avisa de que ha pasado a la ofensiva.

En una entrevista en 'La Vanguardia' reconoció que la idea de una moción de censura es solo retórica porque no hay una mayoría suficiente para hacerla prosperar, pero se ratificó en que Zapatero está "amortizado" y defendió que debería ser "sustituido" por otro miembro de su partido que, a su vez, debería presentarse a las elecciones. Su actitud no es pues muy distinta de la del PP.

De Cospedal insistió en que el líder del PSOE ha demostrado que no sabe qué hacer para salir de la crisis y recurrió al fantasma de Grecia para enfatizar su argumento. "En Grecia hicieron tres cosas que no se pueden hacer: tenían un gasto excesivo, exactamente igual que aquí. En segundo lugar, no tomaron medidas cuando había que tomarlas, exactamente igual que aquí, y en tercer lugar engañaron acerca de la auténtica situación de la economía griega, como aquí", subrayó. "Desde luego que España no es Grecia, pero con decir que no es como Grecia no se solucionan los problemas".

Al margen de aumentar la tensión política, la postura de los populares no tiene por qué perturbar en exceso a los socialistas. Pero la dureza de CiU, inmersa ya en la campaña electoral para las elecciones catalanas de otoño, anticipa unos meses duros, justo cuando el Gobierno prepara el 'techo de gasto' de los Presupuestos para 2011, la ley más importante que cada año debe sacar adelante.

No es que los nacionalistas se hayan mostrado nunca displicentes. De hecho, si Zapatero logró aprobar las criticadísimas cuentas públicas de 2010 adelante fue gracias al PNV y el BNG. Pero en el PSOE admiten que el panorama es bastante más complejo ahora. Además, después de la actitud constructiva mostrada por la coalición catalana durante la negociación de Zurbano, se habían levantado unas ilusionantes expectativas de colaboración que ahora se desinflan.