Los tres pilotos muertos en la provincia de Albacete al estrellarse los Mirage F-1 durante un ejercicio de entrenamiento han recibido hoy a título póstumo la Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo amarillo durante la celebración de la misa funeral celebrada en la base aérea de Los Llanos (Albacete) a la que pertenecían.

La misa ha sido oficiada por el arzobispo castrense Juan del Río y por el obispo de Albacete, Ciriaco Benavente, en presencia de las familias de los jóvenes pilotos que han sido condecorados por el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, José Jiménez Ruiz.

Tras la misa de campaña, los féretros de los capitanes del Ejército del Aire Jerónimo José Carbonell y Fernando Negrete, y el teniente Roberto Carlos Alvarez fueron trasladados en sendos aviones militares (Aviocar, Hércules y T-10) a sus lugares de origen en Molina del Segura (Murcia), Zaragoza y Carrizo de la Ribera (León).

Al acto celebrado en la base de Los Llanos han asistido, entre otros, el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel; el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Francisco Pardo; el delegado del Gobierno en la comunidad, Máximo Díaz-Cano; la alcaldesa de Albacete, Carmen Oliver, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, Vicente Rouco.