TRIBUNALES

Los padres de los menores que acosaron a Jokin, condenados a pagar una multa

El juez exculpa al instituto de Fuenterrabía y a la Consejería de Educación vasca.

Los padres de siete de los ocho menores que acosaron a Jokin C. L., el joven que se suicidó en Fuenterrabía(Guipúzcoa) en 2004 tras haber sido víctima de golpes y vejaciones por parte de algunos de sus compañeros, han sido condenados a indemnizar económicamente a la familia del fallecido con 10.000 euros cada uno como compensación por el «daño moral».


En una sentencia hecha pública ayer, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) impone la obligación de abonar esta cantidad a los padres de los siete menores que en su momento fueron encontrados culpables de un delito contra la integridad moral por la Audiencia de Guipúzcoa, y excluye de esta pena a la única chica del grupo.


El tribunal aclara que «desde el punto de vista de la indemnización» no cabe imputar a los agresores el suicidio de Jokin, «por cuanto que ya fueron absueltos de ese cargo en vía penal».


La Sala rechaza la pretensión de la familia del fallecido de que también se condenara al centro escolar y al Gobierno vasco «por falta de atención o vigilancia» de los menores que vejaron al fallecido. El tribunal califica de «totalmente diligente la actuación del centro escolar» en este suceso.


La resolución recuerda que los «problemas» que sufría Jokin no se producían «solo» en el centro «sino también fuera de él», e incide en que «apenas transcurrieron cuatro días» desde el primer episodio de acoso, al inicio del curso escolar 2004-05, hasta que se produjo «la reacción lógica» de la jefa de estudios. Motivos por los que considera que «no existe nexo causal entre la actuación» del instituto y «el trágico final».


Jokin C. L., de 14 años, estudiante del instituto Talaia de Fuenterrabía, se suicidó arrojándose al vacío tras haber sido víctima de vejaciones y agresiones en los días anteriores por parte de los acusados, que le echaban en cara que revelara a sus familias que habían sido sorprendidos en un campamento fumando hachís.


Tras conocer la sentencia, el tío de Jokin manifestó que, en su opinión, los padres que tengan hijos en cualquier centro escolar «deberían echarse a temblar» porque, a su entender, «parece que en ningún caso se deriva ninguna responsabilidad para el centro escolar» respecto «a todo lo que pueda ocurrir dentro de sus límites».