JMJ

Los españoles que comerán con el Papa, «nerviosos» y con una «gran responsabilidad»

Gonzalo Cánovas y Aurora Almagro almorzarán con Benedicto XVI el próximo 19 de agosto, encuentro en el que transmitirán sus inquietudes y las del resto de jóvenes al Santo Padre.

Los jóvenes españoles seleccionados por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) para comer con el Papa, Gonzalo Cánovas del Castillo, de 28 años y Aurora María Almagro, de 20, han admitido sentirse «nerviosos» ante el encuentro con el Papa Benedicto XVI y con «una gran responsabilidad» ante la idea de representar a la juventud española.


Los dos españoles junto a otros dos de cada continente almorzarán con Benedicto XVI el próximo viernes 19 de agosto a las 13.45 en el Salón de los Embajadores de la Nunciatura Apostólica de Madrid en el marco de la JMJ de Madrid, que se celebra del 16 al 21 de este mes.


Ambos jóvenes comparten su entusiasmo, pero mientras Aurora aún no sabe qué le preguntará al Santo Padre, Gonzalo ya lo tiene claro y, si tiene oportunidad, le hará tres cuestiones. En primer lugar, le preguntará cómo puede hacer su fe cada día un poco mayor porque para él es «una herramienta de resistencia ante los palos», después le pedirá que rece por su familia que para él es «lo más importante» y por todo el mundo «afectado por el paro y tantos problemas».


«Además, me gustaría preguntarle cómo puedo ayudar a mis amigos, que son unos chicos estupendos pero que no tienen la suerte de vivir la fe como puedo yo, cómo de alguna manera convencerles de que con fe se es más feliz», añade.


Mientras, Aurora desearía no solo transmitirle sus inquietudes sino trasladarle «lo que preocupa a todos». Por ello, desde que fue elegida, no para de preguntar a todo el mundo qué le gustaría decirle al Papa.


Un menú sencillo


A pesar de que aún les han desvelado «muy poquito» sobre la comida con el Papa, Gonzalo ha indicado que tienen que «actuar con naturalidad». «Yo pregunté si había algún protocolo, porque no estoy acostumbrado a este tipo de eventos, y me dijeron que hablara con naturalidad, que fuera yo mismo», indica, al tiempo que cree que el menú será «más bien sencillo».


Por su parte, Aurora, que admite haber buscado información desde que fue seleccionada en el sorteo de voluntarios nacionales, asegura que es un acto oficial que conlleva un protocolo, sobre todo en los momentos previos. «Luego en la comida habrá un ambiente más familiar», remarca.


Mientras tanto, Gonzalo se imagina el momento «cada día de una forma distinta» y propone que habrá tres fases en la comida: una primera en la que estarán todos «muy alucinados» y querrán escuchar al Santo Padre, otra en la que cada uno le trasladará una inquietud personal y una última en la que todos acabarán hablando «de los típicos problemas que tienen los jóvenes hoy en día».


Precisamente, este abogado malagueño de 28 años residente en Madrid considera que la juventud actual está «por una parte bien y por otra mal» pues, a su juicio, los jóvenes son «en su mayor parte personas solidarias, que se preocupan por los demás». No obstante, le da «pena» que sus problemas y alegrías no puedan, «por desconocimiento o mala suerte», vivirlos a través de la fe que, para Gonzalo, es «un amplificador de lo bueno y un reductor de lo malo». «Espero que para algunos, aunque les pille de refilón, la JMJ les sirva de acicate y les prenda un poquito la chispa», añade.


Más centrada en su diócesis de Murcia, Aurora, que es voluntaria de la Jornada y ha recibido este lunes a 56 grupos de unos 2.400 peregrinos que van a participar en los Días en las Diócesis, afirma que, aunque al principio de este curso veía a los jóvenes «fatal», ahora ha reconocido a una juventud «que tiene una motivación» y a una JMJ que «ya está dando sus frutos».


Una cruz y una camiseta


En cuanto a la posibilidad de llevar un regalo al Pontífice, ninguno de los voluntarios sabe si tendrán que hacerlo, aunque dicen que les encantaría. Así, Gonzalo afirma que si pudiera regalarle algo personal, le obsequiaría con una cruz en oro hecha en Antequera que tienen todos los miembros de su familia materna desde siempre, mientras que Aurora optaría, si tuviera que ser un regalo conjunto, por una camiseta de voluntario.


De hecho, a Aurora ya le han dicho que le traslade un saludo de parte del obispo de la diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, y cada día, tanto ella como Gonzalo se han quedado sorprendidos ante el interés de tanta gente pues «no hablan de otra cosa» e incluso les llaman personas a las que no conocen. En cualquier caso, al menos a Gonzalo, la mayoría le dicen «que lo disfrute y lo grabe bien en la mente».


Una JMJ accesible


Concretamente, Gonzalo, que se desplaza en silla de ruedas, asegura que participará en otros actos durante la JMJ y que no tiene «ningún miedo» porque confía en que todo estará adaptado. De hecho, ya estuvo con la Orden de Malta en la JMJ de Colonia y señala que no tuvo sensación de agobio a pesar de que había miles de personas y que incluso quería que hubiera más gente. «Es un subidón», recuerda, al tiempo que se muestra seguro de que la JMJ de Madrid «va a ser mejor».


Además, indica que, más allá de la JMJ, España es un país «bastante concienciado» con la discapacidad y la accesibilidad. «No tengo ningún miedo de que la JMJ no esté adaptada para mí. No tengo miedo nunca, pero ese día menos», remarca.


Gonzalo también verá al Papa en el instituto San José, en Getafe, el sábado 21, antes de la vigilia en Cuatro Vientos. Allí, Benedicto XVI saludará a jóvenes con algún tipo de discapacidad. «He tenido doble suerte», subraya.