CRISIS ENERGÉTICA

Las Asociaciones de Víctimas de accidentes aplauden la reducción del límite de velocidad

La medida ha provocado sentimientos encontrados entre asociaciones de víctimas y automovilísticas.

La asociación Prevención de Accidentes de Tráfico (PAT) y la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes DIA han aplaudido la decisión del Gobierno de reducir de manera transitoria la velocidad en autopistas y autovías de 120 km/h a 110 km/h. Han señalado que, si se demuestra que los accidentes se reducen, pedirán que el cambio sea definitivo.


Sin embargo, el Real Automóvil Club de España (RACE), Automovilistas Europeos Asociados (AEA) y el Comisariado Europeo del Automóvil (CEA) han criticado dicha reducción y han avisado de que cuando el límite de velocidad se limitó a 100 km/h en 1976 por otro aumento de los precios del petróleo, los accidentes aumentaron.


Así, la directora de PAT, Eugenia Domenech, ha señalado que ha sido «muy buena noticia» para la asociación, ya que en su opinión, hay que «tender a moderar la velocidad» para combatir los accidentes de tráfico. En este sentido, ha señalado que, según algunos estudios, una reducción en la velocidad media de conducción de 8 km/h implica una reducción de los accidentes mortales entre un 30% y 45% según el tipo de vía y vehículos.


«Sin ninguna duda, el tema de la velocidad tiene una relación directa con el número de víctimas y la gravedad de los accidentes», ha indicado Domenech, quien ha señalado que, del mismo modo que el Gobierno ha pedido la colaboración ciudadana para esta media, también lo haga para «reducir las víctimas».


Además, la directora de PAT ha asegurado que la asociación «evaluará la medida» y se planteará pedir que el cambio de limitación sea definitivo «si se reducen las víctimas» y los accidentes.

La velocidad «agrava» cualquier accidente


Por su parte, la presidenta honorífica de Stop Accidentes, Ana María Campos, ha destacado que «todo lo que sea bajar velocidad y evitar muertes, sea por Libia, sea por la polución, sea por lo que sea» cuenta con su apoyo, ya que la velocidad «agrava» cualquier accidente y «no es lo mismo un choque frontal a 100 kilómetros por hora que a 120 o a 150 kilómetros por hora».


Sin embargo se ha mostrario contraria a la manera en que se ha comunicado «de la noche a la mañana» la medida, ya que en su opinión hay que «explicarle bien a la gente» los beneficios de reducir la velocidad, para que «realmente se convenza».


En este sentido, el presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes DIA, Francisco Canes, ha definido de «correcta» la medida, ya «que tanto desde el punto de vista de la seguridad vial como medioambiental es beneficiosa». Además, DIA también valorará esa medida a lo largo del tiempo y si demuestra su eficacia en cuanto a reducción de accidentes, «la asociación pedirá que sea definitiva y no temporal», ha advertido Canes.

Es una medida «poco poco meditada, precipitada e inadecuada»


Sin embargo, los automovilistas han criticado la decisión del Gobierno y han recordado que cuando se redujo la velocidad en 1976 aumentaron los accidentes, que se redujo de 130 km/h a 100 km/h debido a la crisis del petróleo.


Según ha señalado el presidente de AEA, Mario Arnaldo, en ese intermedio, entre 1976 y 1981, aumentaron los accidentes y las víctimas. Asimismo, Arnaldo ha indicado que 110 km/h es un límite que la gente no va a asimilar fácilmente, por lo que se va a producir un incremento de multas.


Por ello, Arnaldo considera la reducción de los límites de velocidad una medida «poco meditada, precipitada e inadecuada». En este sentido, ha explicado que el «consumo de carburante no necesariamente tiene relación con la velocidad». Asimismo, ha recordado que ninguno de los países europeos ha tomado una decisión similar y que 15 de los 27 miembros de la Unión Europea tiene un límite superior al español en autovías y autopistas.


Por otro lado, ha indicado que cada señal de acero de las que se colocan en autopistas para señalizar la prohibición de 120 km/h cuesta alrededor de 450 euros, por lo que el coste de cambiarlas puede ser muy elevado. Además, ha recordado que la última Ley de Tráfico fijó por ley los límites de velocidad en autopistas y autovías por lo que para cambiarlos sería necesario no un Real Decreto, como prevé hacer el Gobierno, sino una reforma legislativa que pasara por el Parlamento.


Mientras, la portavoz del CEA Lorena Martín ha tachado de «ilógica» la medida y se ha preguntado cómo va a hacer el Gobierno para pasar el proceso de homologación de todos los radares tras reducir el límite de velocidad y cambiar las señales «en una sola semana». «Es un trabajo de chinos», ha apostillado.

«No todo tienen que ser medidas represivas»


También ha indicado que cualquier multa que ponga un radar sin «una homologación posterior» no es válida y ha indicado que no vale con cambiar los paneles luminosos porque hay tramos con sólo señales verticales. Asimismo, la portavoz de CEA ha indicado se ha quejado de que los automovilistas «siempre terminen pagando por todo» y ha apuntado que «no todo tienen que ser medidas represivas». Así, ha señalado que con cursos de ecoconducción se puede reducir también un 15 por ciento el consumo mediante técnicas sencillas.


Por su parte, el RACE ha cuestionado que la medida «reduzca de forma eficaz las emisiones contaminantes y el consumo energético», y considera imprescindible que, «más que esta reducción, y entre otras medidas, se estudie la posibilidad de que los límites actuales de velocidad se fijen en función de la característica de la vía y de la climatología, como en otros países europeos».


En este sentido, el Club quiere destacar que un ahorro energético eficaz se consigue con educación, más que con legislación y limitación, como se ha visto con otros sectores como el de la luz o el agua en los que se han realizado acciones y campañas con criterios de consumo responsable, así como la necesidad de reglar una formación en conducción eficiente, que debe formar parte de los criterios que deben aprender los alumnos en las autoescuelas.


Respecto a las alternativas, el presidente de AEA ha señalado que si «lo que realmente se pretende conseguir es una reducción en consumo», podría tratar de rejuvenecerse el parque automovilístico, ya que un automóvil fabricado actualmente consume un 30 por ciento menos que uno fabricado hace cinco años.