MURIERON DOS BRIGADISTAS

La Xunta llama "asesinos" a los incendiarios

Rodrigo Amo y Julio Martínez fallecieron el viernes atrapados por las llamas en un fuego intencionado en Pontevedra.

Un brigadista trabaja en la extinción del incendio en el que murieron dos de sus compañeros.
La Xunta llama "asesinos" a los incendiarios
SALVADOR SAS/EFE

El incendio que el jueves por la noche causó la muerte de dos miembros de las brigadas de extinción en el municipio pontevedrés de Fornelos de Montes pudo haber sido provocado, según manifestaron ayer los consejeros de Presidencia y de Medio Rural de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda y Samuel Juárez. La hora a la que comenzó el fuego, pasadas las 22.30, y el hecho de que se hubieran producido otros cuatro incendios en la zona en los últimos días, hacen sospechar que el incendio mortal fue intencionado. Rueda calificó a estos pirómanos como "potenciales asesinos".

El que inicialmente se consideraba un incendio poco problemático se salió de control a partir del momento en el que en una de las brigadas de extinción perdió el contacto con dos de sus miembros, los fallecidos. Las llamas se descontrolaron por el fuerte viento cambiante, mientras los esfuerzos de las brigadas se centraban en el rescate de sus compañeros. Poco después de la medianoche fueron encontrados los cuerpos de los dos miembros del equipo, a unos cien metros del punto en el que se había desplegado la brigada para atacar el foco del incendio.

Aunque el informe de las circunstancias y causa de las muertes deberá esperar a conocer los resultados de la autopsia y de las dos investigaciones abiertas, parece ser que los dos brigadistas fueron sorprendidos por un brusco cambio de la dirección del viento en lo que se conoce como una "pista ciega". La autopsia de los cadáveres se lleva a cabo en el hospital Nicolás Peña, de Vigo, y las investigaciones las han impulsado la Xunta y la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

La más que posible intencionalidad del incendio mereció una dura condena del presidente de la Xunta, que recibió la condolencia oficial del Rey, del Gobierno de España y de los responsables de los tres grupos parlamentarios de Galicia. En una comparecencia ante los medios de comunicación, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tras expresar el reconocimiento de su gobierno por la labor de los brigadistas y sus condolencias a los familiares, aseguró que la Xunta no escatimará medios para perseguir a los incendiarios, porque "es prioritario poner fin a la actividad criminal en los montes". En parecidos términos se había pronunciado poco antes el consejero de Presidencia, Alfonso Rueda, quien aseguró que "la única lucha contra el fuego es contra los incendiarios, que se convierten en potenciales asesinos".

Los fallecidos, Rodrigo Amo González, de 35 años, y Julio Martínez da Silva, de 27, eran naturales y vecinos de los municipios pontevedreses de Nigrán y Tomiño, respectivamente. Ambos eran solteros y residían con sus padres. Eran personas con experiencias de cinco y siete años en las tareas de extinción de incendios forestales y pertenecían a la plantilla de la empresa pública Seaga, dependiente de la consejería de Medio Rural de la Xunta de Galicia.

La noticia de su muerte causó conmoción en sus lugares de origen y residencia, y en las casas consistoriales de los dos ayuntamientos se han colocado las banderas a media asta, mientras se espera a que los cadáveres de sus vecinos sean trasladados desde Vigo tras la práctica de la autopsia.

Galicia, en alerta máxima

Prácticamente toda Galicia, con la excepción de una franja costera al norte y el suroeste de Orense, se encuentra ahora en máxima alerta de incendios, tras días en los que se dieron los fatídicos 'tres treintas': 30 grados de temperatura, 30% de humedad relativa del aire y 30 kilómetros por hora de velocidad del viento.

Aunque los incendios producidos durante este mes no han sido de gran envergadura, son ya 4.000 las hectáreas de monte calcinadas en Galicia en lo que va de año, 1.500 en este mes de agosto, especialmente durante la última semana. En la madrugada del viernes se produjeron incendios en las inmediaciones de Santiago de Compostela, A Pobra do Caramiñal (La Coruña) y Pobra de Trives (Orense).

Aunque el de Fornelos de Montes pudo ser sofocado a media mañana de ayer, las llamas arrasaron más de 100 hectáreas y los vecinos de la parroquia de San Vicente de Oitavén fueron desalojados de sus viviendas. Este incendio se produce en una zona especialmente sensible, como los que, ya sofocados, afectaron a la Ribeira Sacra, en Lugo, y al Parque Natural de O Xurés, en Orense, lindante con el portugués de A Peneda-Gerez, donde se concentra estos días el mayor número de focos activos del norte de Portugal.