POLÍTICA

La triunfadora cantera de Mariano Rajoy

Los resultados electorales de Alberto Núñez Feijóo en Galicia, de Antonio Basagoiti en el País Vasco y, más recientemente, de Alicia Sánchez-Camacho en Cataluña, refrendan la criticada apuesta que suscribió el líder del Partido Popular en el Congreso de Valencia de 2008.

Mariano Rajoy, durante una comparecencia en la sede del PP en Barcelona, el pasado julio.
La triunfadora cantera de Mariano Rajoy
ANDREU DALMAU/EFE

Mariano Rajoy pasó las de Caín en la víspera del cónclave que su partido celebró en junio 2008. Cuestionado por haber perdido meses antes sus segundas elecciones generales frente a José Luis Rodríguez Zapatero, el líder del PP esquivó puñales e improperios. Sus críticos amagaron, incluso, con presentar una candidatura alternativa al congreso. Finalmente, el riesgo de un cisma que dividiera para siempre la derecha española frenó el despropósito.

Pese a recibir el 82,7% de los votos de los compromisarios populares, su triunfo fue el más exiguo en la historia de los congresos populares. Valencia, por lo tanto, fue para Rajoy una de esas experiencias que marcan a cualquiera.

Convencido de que añorar el pasado conduce a la derrota, inició en Valencia una profunda renovación muy contestada por los sectores más conservadores del PP, que temieron perder cuota de poder en la organización. Sobre todo tras el golpe de efecto que supusieron los nombramientos de María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría como secretaria general y portavoz parlamentaria, respectivamente. "Inexpertas" fue el descalificativo más piadoso que le dedicaron algunos compañeros de filas.

Rajoy fue más allá y plantó cara a determinadas 'familias' populares que dominaban comunidades clave para lograr que a la tercera fuera su vencida y conquistar, finalmente, la Moncloa.

Desde 2008 hasta ahora ha quedado constatado que su hoja de ruta escondía relevos en Galicia, Cataluña y Extremadura. La inercia de los acontecimientos -controversia con María San Gil, casos de corrupción en la etapa de Jaume Matas y ruptura con UPN- llevó a implantar su 'renovación tranquila' en el País Vasco, Baleares y Navarra. Los elegidos, una cuadrilla de expertos y formados treintañeros y cuarentones.

Durante meses barajó los pros y los contras de emprender una operación similar en Valencia. Al final, empujó sus ganas al fondo de un repleto armario de dudas confiando en que los populares valencianos no tengan que esconder ninguna prenda más que haga saltar todo por los aires.

"Deja que se estrelle", mascullaron sus rivales. Pero las primeras alegrías llegaron en 2009 con la mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo y con el hito protagonizado por Antonio Basagoiti de convertir al PP en la fuerza determinante para formar gobierno en el País Vasco.

La cantera de Rajoy continúa dando frutos, como los 18 parlamentarios catalanes que arañó Alicia Sánchez-Camacho el 28-N en plena marea de cambio nacionalista que capitalizó CiU. El 29 de noviembre, durante la junta directiva nacional del PP, Rajoy usó esta percha para transmitir palabras con sabor a venganza. "A la luz de las convocatorias electorales que se han producido -explicó-, creo que debemos mantener la línea que hemos mantenido a lo largo de estos dos años y medio".

"Cambios útiles que funcionan"

Las alusiones a Núñez Feijoo, Basagoiti y Sánchez-Camacho no cesaron durante su intervención ante la cúpula popular: "Era la primera vez que se presentaban y, por tanto, ha quedado demostrado que los cambios que se plantearon eran unos cambios que han sido útiles, necesarios y han funcionado bien".

El mandatario popular remachó su discurso refrendado por el viraje al centro, que también inició en el congreso de Valencia. "De lo que se trata es de convencer a más españoles de que las ideas y principios del PP son buenos para ellos y para España. Y de lo que se trata también es de ir adaptando nuestro proyecto y nuestro programa a lo que está ocurriendo en el mundo, en España y en la propia sociedad española".

La siguiente estación llegará en 2011. De Cospedal tendrá su primera oportunidad de encabezar un cartel electoral y las encuestas le otorgan posibilidades de arrebatar al PSOE un feudo histórico socialista como Castilla-La Mancha.

La renovación tranquila de Rajoy apenas se nota en el comité ejecutivo nacional. Ahí siguen referentes como Javier Arenas, Federico Trillo, Cristóbal Montoro o Ana Pastor. Todos fueron ministros de José María Aznar. Una estructura que continuará, al menos, hasta la cita electoral de 2012.