INMIGRACIÓN

La presión policial y la crisis reducen las pateras

En 2010 arribaron por mar 3.632 personas, la mitad que el año anterior, según Interior.

Una embarcación con 23 argelinos a bordo, ayer a su llegada a Cartagena.
La presión policial y la crisis reducen las pateras
JOSé ALBADALEJO/EFE

Cada vez llegan menos pateras a España y las que alcanzan la costa son más pequeñas. Canarias ha dejado de ser la 'tierra prometida' para las mafias que trafican con seres humanos y Senegal y Mauritania ya no son los principales emisores de cayucos. Esta es la nueva fotografía que ofrece la llegada de inmigrantes irregulares a las costas españoles. La crisis económica y la presión policial han transformado, quizás para siempre, uno de los fenómenos sociales más dramáticos de los últimos tiempos. En 2010 alcanzaron el litoral solo 3.632 extranjeros sin papeles, menos de la mitad que el año anterior (7.285) y un cifra que está a distancia sideral de las llegadas de 2006, el mayor pico de entrada de pateras, con 39.180 inmigrantes. Es la cantidad más baja de la década.

El detalle que mejor explica la mutación del fenómeno migratorio tiene lugar en Canarias. La otrora principal destinataria de cayucos estuvo cuatro meses en 2010 sin recibir a un solo "inmigrante ilegal", según Interior. De Senegal no llegó ninguna embarcación el pasado año y de Mauritania, país tremendamente inestable y dado al tráfico de cayucos, tan solo una en los últimos meses.

Así las cosas, 196 inmigrantes arribaron al archipiélago el año pasado, por 2.246 de 2009 y 31.678 en 2006. Hace cuatro años las islas atraían al 80% de la inmigración que llegaba en pateras, y ahora apenas al 5%. El brusco descenso devuelve así a Canarias a imágenes propias del año 1997, "cuando nadie sabía qué era un cayuco", según Alfredo Pérez Rubalcaba.

¿Qué ha ocurrido entonces? La mezcla de presión policial, colaboración diplomática entre España y los países africanos y el refuerzo de los medios para el control fronterizo han contribuido al cambio. Pero, un escalón por encima de estas medidas, se encuentra la crisis económica. Un factor capaz de transformar el fenómeno migratorio irregular y de repercutir en la demanda de pateras para cruzar a España.

También se dejó ver en la costa mediterránea y el Estrecho el descenso de cayucos procedentes de Marruecos y Argelia, con una caída del 32% en 2010. De la misma forma, la llegada de inmigrantes por carreteras y aeropuertos descendió en la misma medida en que aumentaron las denegaciones de entradas en puestos fronterizos (12.226 por 9.453 de 2009). Se repatriaron 3.000 personas menos y se expulsaron a cerca de 11.500 sin papeles. La gran mayoría de ellas, el 70%, fueron "expulsiones cualificadas"; es decir, de personas que no solo estaban en España de manera irregular, sino que tenían "relación con la delincuencia", según Interior.

Rubalcaba achacó los "buenos datos" al incremento en el número de efectivos policiales, que han pasado de ser 10.239 el año anterior a los 16.375 actuales.