INMIGRACIÓN

La Audiencia paraliza la orden del Gobierno para expulsar a 17 saharauis

Zapatero defendió en el Congreso que proceder del Sahara Occidental «no es condición suficiente» para ser asilado en España.

Los 17 saharauis que arribaron en patera a Fuerteventura el pasado 5 de enero no serán repatriados, al menos de momento. La Audiencia Nacional decidió ayer suspender «de inmediato» su expulsión hasta que no se resuelva el recurso administrativo que interpusieron contra la decisión del Ministerio del Interior de devolverlos al Sahara Occidental. La resolución judicial se produjo una hora después de que José Luis Rodríguez Zapatero insistiese en el Congreso que ser saharaui no es condición suficiente para ser aceptado como asilado político.


El recurso de los saharauis llegó a la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional el 21 de enero. El escrito solicitaba la suspensión de su expulsión después de que Interior denegase la solicitud de protección jurídica internacional. La defensa de los saharauis, asesorada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, argumentó el «alto riesgo» que corrían si regresaban a su territorio.


Mejor suerte corrieron otros cinco saharauis que llegaron en la misma lancha neumática a Lanzarote. En su caso, Interior dio por buenas sus razones políticas para aceptar la petición de asilo. Esta diferenciación fue el argumento utilizado por el portavoz del PNV para rebatir la posición del Gobierno en el Congreso. Josu Erkoreka señaló que todos los relatos de los saharauis eran «verosímiles», ya que huyeron de un territorio donde «se ha constatado objetivamente la represión y la vulneración de los derechos».


Zapatero contestó que Interior había analizado de manera individual cada caso y que en 17 de ellos no se había podido acreditar la existencia de una persecución política y, mucho menos, de que los inmigrantes fueran saharauis. No obstante, el presidente del Gobierno añadió que ser saharaui «no es condición suficiente» como para que se acepte sin más la petición de asilo. Esta respuesta provocó la airada reacción de Erkoreka, quien señaló que el Gobierno «no puede desentenderse de ellos como si fueran meros sacos de patatas».