PARTIDOS/ IU

Izquierda Unida, borrón y cuenta nueva

No hay tiempo para lágrimas, reproches o gritos. Izquierda Unida tiene tres meses clave por delante tras el fracaso electoral para redefinir su proyecto, curar viejas heridas, recuperar el ánimo de sus militantes y despejar del horizonte un hipotético episodio de separación.


El 9-M ha marcado un antes y un después en la federación de izquierdas que surgió en 1986 bajo el impulso del movimiento contra la OTAN y que llegó a ocupar 21 escaños en el Congreso de los Diputados diez años después.


La situación ahora es bien distinta. Izquierda Unida sólo ha conseguido arañar dos diputados -uno de ellos perteneciente a ICV-, y su actual líder, Gaspar Llamazares, ha anunciado que no aspirará de nuevo al puesto de coordinador general.


En junio la formación celebrará su IX Asamblea, una cita que está llamada a ser la de la "renovación" y que será preparada minuciosamente por una comisión unitaria y plural en la que estarán presentes las distintas sensibilidades de la organización y las federaciones.


¿Por qué se ha visto condenada IU a formar parte del Grupo Mixto y reducir su representación parlamentaria a dos diputados? En la formación tienen claro que todo se debe a un cóctel letal: el bipartidismo creciente, el voto útil, la actual ley electoral y las crisis internas.


Un hombre, un voto


"El bipartidismo, más el seguidismo absoluto del PSOE, nos han llevado a irnos por el desagüe", comenta el presidente ejecutivo del PCE, Felipe Alcaraz, quien entiende que en los últimos cuatro años IU no ha estado ni en el Gobierno ni en la oposición "y al final" ha dejado de existir "en la cabeza de la gente".


Alcaraz, contrario a Llamazares y a la actual Dirección Federal, sostiene que la formación se ha convertido en una "especie de sucursal del PSOE".


En cambio, el sector "gasparista" defiende la labor realizada por el grupo parlamentario durante esta legislatura y proclama que los principales avances en los últimos cuatro años se deben a aportaciones de IU en leyes como la de Memoria Histórica, Igualdad o de limitación en la subcontratación.


La formación tiene en la ley electoral a su bestia negra. Durante la campaña electoral Llamazares no se ha cansado de pedir que se cumpla el principio democrático de "un hombre, una mujer, un voto".


IU ha conseguido 963.040 votos, que se han traducido sólo en dos diputados, mientras que CiU con algo más de 770.000 sufragios tendrá diez diputados y el PNV con 303.246 contará con seis representantes en la Cámara Baja.


"Estas cifras evidencian que a IU le cuesta un escaño 480.000 votos y, por ejemplo, al PSOE 65.000. Este hecho genera verdadera frustración en la ciudadanía que, finalmente, no percibe que ese voto sirva para cambiar las cosas, por lo que acaba decantándose bien por la abstención o bien por el mal llamado voto útil", resume el coordinador de Ezker Batua, Javier Madrazo.


Pero IU no va a cruzar los brazos y ya ha anunciado que condicionará su apoyo a la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente al compromiso de reformar la ley electoral y que pondrán en marcha una gran campaña popular con el objetivo de recoger firmas a favor de una iniciativa masiva para modificar el sistema "injusto" y "antidemocrático".


El ex parlamentario andaluz y secretario político de los comunistas andaluces, Antonio Romero, considera "injusta, fraudulenta y canalla" la norma electoral, por lo que ha presentado ante los tribunales una denuncia contra la ley.


El histórico sindicalista y ex líder de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, también comenta a Efe que el "debilitamiento" de Izquierda Unida "viene dado por la situación que se está dando en el país, por la división que sigue habiendo en las centrales sindicales y por el proceso que se está desarrollando en una campaña de ese anticomunismo muy típico de antes y de ahora".


Hablar menos, proponer más


En estos tres meses IU tiene pendiente la difícil tarea de conciliar las posturas enfrentadas en la federación, cuya primera prueba de fuego será la comisión que tutele la asamblea de junio.


El ex coordinador general Julio Anguita considera que hay que "hablar menos y proponer más" en los próximos meses, aunque ha avisado que no comentará la situación de IU hasta la celebración de la asamblea.


Para la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, la ciudadanía ha ido retirando progresivamente su confianza durante los últimos doce años porque en la federación "ha prevalecido el debate interno en expresión de confrontación" y los electores les ven "divididos y enfrentados" en lugar de "hablando de sus problemas".


La formación tendrá que elegir en el próximo mes de junio a su cuarto coordinador general después de los mandatos de Gerardo Iglesias, Julio Anguita y Gaspar Llamazares, pero todavía nadie se ha postulado para el liderazgo.


En cambio, Rosa Aguilar, el coordinador andaluz, Diego Valderas, y Felipe Alcáraz ya han avanzado a la prensa que no se presentarán para ocupar al máximo cargo.


Todos los sectores de la formación coinciden en que IU tiene futuro, además de un espacio propio en la vida política del país, por lo que trabajarán para sacar adelante el proyecto.


Ahora toca que las familias que conviven en IU se cohesionen, después de diferentes crisis internas y de situaciones que acabaron incluso en la puerta de los juzgados, como en el caso de la confección de las listas de la Comunidad Valenciana para estas elecciones.


La resolución aprobada el pasado lunes por la Permanente de IU contempla que la IX Asamblea "deberá ser la que relance el proyecto político de IU, de una formación de izquierdas, federal, alternativa y transformadora".


Además, "deberá servir para asegurar un equipo de dirección con capacidad política, con compromiso y con una voluntad clara de dinamizar la organización, vincularse a los movimientos sociales y estimular el pensamiento crítico".


"Saldremos adelante sin escamotear críticas. Seguiremos trabajando, no escamoteamos ninguna crítica, admitimos el varapalo desde el minuto cero", afirma la portavoz de la formación en la Asamblea de Madrid, Inés Sabanés, que apuesta por transmitir "con fuerza y desparpajo el mensaje" porque son "imprescindibles para resolver muchas demandas".