ETA

Interior modifica el protocolo de traslado de presos para impedir fugas de terroristas

El Ministerio del Interior ha decidido acometer una profunda reforma del que hasta ahora era uno de los 'talones de Aquiles' de la seguridad en España: los innumerables traslados y conducciones de presos a juzgados, hospitales y otras dependencias públicas y privadas. El Gobierno, que reconoce que era indispensable "corregir la actual dispersión normativa y procedimental", ha enviado a todas las comandancias y comisarías el nuevo protocolo que pretende evitar que ETA consiga llevar a buen puerto alguno de sus audaces planes de fugas descubiertos recientemente o que se repitan huidas como la del jefe de la banda que asaltó la casa del empresario José Luis Moreno, que quedó en libertad por error tras un cúmulo de descoordinaciones entre policías y jueces.


"La experiencia viene demostrando que estos traslados son momentos propicios para los intentos de fuga, ya que suelen ser programados con anticipación y, por tanto, de conocimiento por terceras personas" como familiares y abogados que tienen tiempo para organizar planes de huida, explica la instrucción interna 5/2009 de 11 páginas que firma el 'número dos' del Ministerio, el secretario de Estado para la Seguridad Antonio Camacho.


Los expertos de Interior tienen una preocupación especial por los reclusos terroristas, conscientes de que cuentan con redes de apoyo en el exterior mucho más amplias que los presos comunes y, sobre todo, tras haber descubierto en los últimos años varios planes de fuga a miembros de ETA, el último hecho público a mediados del pasado junio tras confirmarse que la banda intento sacar con un helicóptero de la cárcel de Huelva a Jorge García Sertucha, el terrorista que intentó matar al Rey en Palma de Mallorca.


Desobedecer al doctor

Las órdenes son taxativas: los traslados de los presos "F.I.E.S-3 (BA)", denominación carcelaria de los terroristas, estarán especialmente vigilados, al igual que los movimientos de grandes narcotraficantes o los reclusos más conflictivos e inadaptados. A partir de la entrada en vigor de este protocolo, los funcionarios que escolten los convoyes serán informados "expresamente" y en una "relación nominal" de que sus 'pasajeros' son terroristas, incluidos en el "fichero de internos de especial seguimiento".



El abultado historial de fugas de etarras en estancias en centros médicos, incluidas operaciones de comandos para 'rescatar' a presos en clínicas, ha hecho que Interior haya redactado nuevas directrices para endurecer en extremo las vigilancias en los hospitales. El nuevo protocolo no admite excusas. Jamás "se perderá de vista a los internos", aunque la inspección médica sea de lo más íntima o, incluso, durante una operación quirúrgica.


El temor a fugas de etarras en centros médicos es tal que Interior ordena sin disimulo desobedecer a los doctores en caso necesario. En el supuesto de reclusos terroristas, recalca la Secretaría de Estado, "la custodia visual no se perderá aunque los facultativos médicos estimen lo contrario. En este caso, para preservar la intimidad, la custodia se procurará realizar con personal del mismo sexo que el interno", apunta la resolución de Interior.


De vuelta a la cárcel

La nueva normativa, que reforma un protocolo con 14 años de antigüedad, está fechada el 30 de junio, sólo dos meses y medio después de que un cúmulo de errores y la descoordinación entre policías y jueces propiciara la fuga del albanokosovar Astrit Bushi, jefe de la banda que asaltó la casa del productor José Luis Moreno en diciembre de 2007. Bushi, posteriormente capturado en su país, quedó en libertad tras prestar declaración en un juzgado de Madrid por una causa menor, ya que nadie comunicó a los agentes que le custodiaban que ese sumario sólo era uno entre las muchas causas que tenía abiertas.


Interior no deja lugar a dudas de lo que hay que hacer

Subrayado y en negrita: "en ningún caso procede la puesta en libertad por las fuerzas y cuerpo de seguridad la liberación de un preso en custodia o traslado". "La libertad de los internos -establece la nueva normativa- sólo la puede ejecutar el director del establecimiento penitenciario, una vez recibido el mandamiento oportuno de la de la autoridad judicial competente y una vez realizada una completa revisión del expediente personal del interno a fin de comprobar que procede su libertad por no estar sujeto a otras responsabilidades". La secretaría de Estado espera que órdenes precisas eviten nuevos casos como el de Bushi.


El protocolo también introduce numerosas mejoras como una "hoja identificativa individualizada" de cada preso trasladado, un documento con la "cadena de custodia del interno", la obligación de portar fotografía de los reclusos que salen, la puesta en marcha de partes de incidencia en las conducciones o la puesta en marcha de un sistema de "justificantes de entrega" de internos en viaje.