La ciudad de Toledo vivió ayer su día grande, la festividad del Corpus Christi, con miles de vecinos y visitantes en las calles para presenciar la procesión de la Santa Custodia, realizada en el siglo XVI con el primer oro llegado de América, a la que años más tarde se le añadió un armazón gótico de orfebrería en el que se emplearon 183 kilos de plata y 18 de oro. Toledo cumplió con una tradición religiosa de la que hay constancia documental desde principios del siglo XV. Horas antes de la procesión, las calles por las que pasa la Custodia se cubrieron de tomillo, incienso y romero y los balcones se engalanaron con flores, reposteros, faroles y mantones de Manila.

Toledanos y turistas disfrutaron de la procesión del Corpus Christi, festividad declarada de Interés Turístico Internacional, que este año estuvo marcada por la aplicación parcial del nuevo Reglamento de Honores Militares que impide al Ejército rendir honores a los símbolos religiosos.

La ministra de Defensa, Carmen Chacón, había autorizado horas antes a los cadetes de la Academia de Infantería de Toledo a rendir estos honores a la Custodia.

Finalmente, los cadetes -aplaudidos durante todo el recorrido- levantaron sus sables al paso del Santísimo mientras la Banda Municipal de Música de Toledo -y no la Banda de la Academia de Infantería, como era tradicional- entonaba el himno de España.

El arzobispo de Toledo y Primado de España, Braulio Rodríguez, que vivió su primer Corpus como arzobispo de esta diócesis, se refirió en su homilía a la crisis económica y a la ampliación de la Ley del Aborto. Quien también se refirió a la actual situación económica fue el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, que, por sorpresa, se dejó ver en los balcones de la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha para presenciar la procesión junto a su número dos, María Dolores de Cospedal. La presencia de Rajoy fue recibida con aplausos.