TRIBUNALES

Garzón declara que no recibió nada del Santander

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón declaró en el Tribunal Supremo que nunca percibió ninguna cantidad del Banco Santander por la organización de los cursos que dirigió en la Universidad de Nueva York durante los años 205 y 2006, según señaló a la salida de la comparecencia su abogado defensor, Enrique Molina.

El juez Baltasar Garzón
The New York Times, en defensa de Garzón
HERALDO

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón declaró en el Tribunal Supremo que nunca percibió ninguna cantidad del Banco Santander por la organización de los cursos que dirigió en la Universidad de Nueva York durante los años 205 y 2006, según señaló a la salida de la comparecencia su abogado defensor, Enrique Molina.


El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 declaró durante más de cuatro horas ante el juez instructor Manuel Marchena, que investiga si cometió los delitos de prevaricación y cohecho al cobrar 302.000 euros en 2005 y 2006 por organizar unos cursos en la Universidad de Nueva York que fueron patrocinados por el Banco Santander.


Los abogados querellantes, José Luis Mazón y Antonio Panea, relacionan estos pagos con la decisión posterior de Garzón de no admitir a trámite una querella formulada contra directivos de la entidad financiera, entre ellos su presidente Emilio Botín, en el proceso penal por las "cesiones de crédito".


Durante su declaración, Garzón dio "cumplida explicación" de sus honorarios, según su letrado, y detalló que siempre los percibió del Centro Juan Carlos I de la Universidad de Nueva York, "con absoluta independencia" de que existiera "un patrocinio del Banco Santander". "Todos los fondos fueron orientados por la propia Universidad de Nueva York sin que él percibiera cantidad alguna de esas aportaciones del Banco Santander, al cual no pidió ni solicitó ninguna cantidad", señaló Molina.

Carta a Botín


En relación con la carta que el magistrado dirigió al presidente del Santander, Emilio Botín, y que iniciaba con el encabezamiento "querido Emilio", Garzón defendió ante el instructor de la causa que esa expresión de gratitud "no quiere decir que percibiera cantidad alguna".


Por su parte, el abogado querellante José Luis Mazón aseguró que Garzón "se sabe muy bien el papel del imputado" y aseguró que durante su declaración se ha dedicado a "mentir" en relación con los documentos que obran en la causa y "ocultar" los aspectos que no convenían a sus intereses. "Se va a llevar un chasco tremendo", vaticinó antes de destacar la necesidad de "investigar en profundidad" este asunto.


Según su testimonio, los abogados que ejercen la acusación plantearon unas cuarenta preguntas a Garzón, mientras que el juez Marchena le dirigió entre cincuenta y sesenta. En la declaración también participó el fiscal Fidel Cadena, quien solicita el archivo de las actuaciones al entender que no son constitutivas de delito.


El juez, que está imputado por el Supremo en otras dos causas por investigar los crímenes del franquismo y autorizar escuchas en la cárcel a los abogados del 'caso Gürtel', contó a su salida con el apoyo en la calle de una decena de personas, entre las que se encontraban dos representantes del colectivo Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, que portaban pancartas con leyendas como "España del revés. Corruptos y fascistas juzgan al juez" y "Suprema justicia, suprema injusticia". A su entrada a la sede del tribunal, una mujer le apoyó con gritos de "inocente, inocente".

Los testigos, la próxima semana


Las diligencias en este procedimiento se reanudarán el próximo día 21 con la comparecencia de otros tres testigos solicitados por la acusación popular. Se trata de María del Mar Bernabé, funcionaria de la Administración de Justicia que acompañó a Garzón como asistente durante su permanencia en Nueva York, donde disfrutaba de un permiso de estudios; Laura Turégano, responsable del Centro Juan Carlos I de la Universidad, que organizó los cursos; y el ex director del centro universitario James D. Fernández. Los querellantes quieren que declaren ante el instructor por dudar de la veracidad de un documento aportado por la defensa que certifica que el magistrado ni solicito ni recibió financiación de la entidad para organizar las jornadas en la Universidad de Nueva York.


En un escrito al Supremo, los abogados Antonio Panea y José Luis Mazón señalaban que el contenido del citado certificado, que lleva la firma de James D. Fernández y de la actual directora del centro, Jo Labanyi, no se corresponde con la realidad porque contradice el de otros documentos que ya obran en la causa, aportados por el propio Banco Santander.


Según la acusación, la documentación aportada por el Banco Santander pone de relieve que 100.000 dólares de los 302.000 de que se compusieron los dos patrocinios de los cursos fueron desviados desde el Banco de Santander hacia la Universidad de Nueva York, evitando su ingreso en las cuentas del Centro Juan Carlos I de España, entidad que organizaba directamente los cursos.

Comida con directivos


Panea y Mazón aludían igualmente a otro documento en el que el responsable del banco en Estados Unidos, Gonzalo de las Heras, da cuenta al presidente de la entidad de una comida con Garzón celebrada el 21 de abril de 2005 y le señala: "Nos habló de sus contactos con las autoridades antiterroristas americanas y de los programas que desde la cátedra King Juan Carlos I of Spain quiere organizar. (...) Hoy me envía la propuesta que te adjunto, y que me parece importante aunque ambiciosa".


"Esta documentación aportada en las actuaciones pone inequívocamente de relieve que la información proporcionada por el certificado aportado por el querellado es falsa, ya que no es la Universidad o el Centro Rey Juan Carlos I quien pide, sino el querellado -valiéndose, claro está, de su cargo como reza al pie de firma (Garzón firmaba como magistrado-juez) y de la problemática condición por entonces del presidente del Santander, imputado en varios procesos penales ante la propia Audiencia Nacional (...)-", añadían los querellantes.


Señalaban también que otros documentos indican que los gastos de viaje se desembolsaron directamente a proveedores de servicios "con arreglo a las facturas presentadas por el juez", y que el Centro Juan Carlos I sufragó asimismo "la educación de la hija del juez, escolarizada en la Escuela Internacional de las Naciones Unidas durante el año escolar 2005-2006".


Por su parte, la defensa de Garzón aportó al Tribunal Supremo un documento de la Universidad de Nueva York en el que se certifica que ni solicitó ni recibió financiación del Banco Santander para la organización de unos cursos en Nueva York en el periodo 2005-2006. Con este escrito, se pretenden contrarrestar las razones por las que el alto tribunal admitió a trámite la querella por estos hechos, una de las cuales fue la de estimar como "hecho nuevo" que fuera personalmente Garzón quien solicitara a la entidad bancaria la entrega del dinero para sufragar los gastos que originarían unas actividades "en las que participaría directa y personalmente de forma relevante".