NUEVA ETAPA EN EL PAÍS VASCO

Rubén Múgica: "En la lucha contra ETA debe haber vencedores y vencidos"

El sobrino del concejal socialista asesinado por ETA, Rubén Múgica, ha participado en Zaragoza en un acto de apoyo de los candidatos de UPyD al Congreso y al Senado por Zaragoza.

El candidato al Congreso de UPyD por Guipúzcoa, Rubén Múgica, ha defendido que la lucha contra el terrorismo de ETA debe resolverse en un escenario en el que haya "vencedores y vencidos", frente a la tentación de "pasar página cuanto antes".


Múgica, sobrino del concejal socialista asesinado por ETA, Fernando Múgica, ha hecho estas manifestaciones a los medios de comunicación antes de participar en un acto en apoyo de los candidatos de su formación al Congreso y el Senado por Zaragoza.


El candidato ha considerado "positivo" el comunicado de ETA de anuncio de fin de la lucha armada, pero ha insistido en que "no se puede caer en la tentación de pasar página cuanto antes y de buscar una forma de ver a los criminales como benefactores, cuando simplemente son criminales de la peor especie que ha conocido Europa, totalitarios y racistas".


Tras asegurar que los terroristas deben ser perseguidos de forma "implacable" por el Estado, ha asegurado que el paso por el fin de la lucha armada no lo ha dado ETA, sino que ha sido "forzado" por el Estado, la Audiencia Nacional, los Cuerpos de Seguridad y la sociedad democrática española.


Múgica, frente a la posición de los partidos nacionalistas, ha explicado que en el País Vasco no ha habido a lo largo de las últimas décadas ningún "conflicto ni guerra que merezca la palabra paz", sino una "persecución totalitaria".


En su opinión, "es evidente que el nacionalismo vasco quiere aprovechar este momento para buscar un rédito electoral, en la misma medida en que durante tantas décadas han obtenido beneficios de lo que es el terrorismo".


Múgica ha reivindicado la figura de las víctimas del terrorismo, que, según ha afirmado, "comenzaron a tener un serio problema en 2005, cuando el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, a remolque de ese embuste llamado proceso de paz, comenzó a decir que éramos un escollo, un lastre, que éramos rencorosos y vengativos, y que, incluso, no queríamos la paz".


En su opinión, las víctimas del terrorismo "somos incómodas en la medida que recordamos los nombres de los muertos, las fechas y los lugares donde fueron asesinados y el escenario de persecución que ha habido durante décadas".