El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, anunció ayer en un acto del PP en su ciudad que abandonará su cargo después de la elecciones autonómicas y reiteró su "inocencia" ante los delitos de cohecho, tráfico de influencias y fraude fiscal por los que está imputado.

Después de seis meses alejado de sus funciones para someterse a un trasplante de hígado, Fabra regresó a la actividad política con un acto de bienvenida celebrado en el Palacio de Congresos de Castellón en el que participó el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, quien le ensalzó como "gran persona y político".

El presidente de la diputación aprovechó este encuentro, en el que no estuvo presente ningún miembro de la directiva nacional de su partido, para anunciar públicamente su intención de apartarse de la primera línea de la política, y designó como sucesor al actual adjunto a la presidencia del PP en Castellón, Javier Moliner.

Aseguró que es "inocente" y que no ha querido dimitir de su cargo para pelear "por su honor". "Solo me declaro culpable de haberme dejado la piel por defender la tierra que me vio nacer, aunque confieso que jamás pensé que mi familia y yo íbamos a pagar un precio tan alto", dijo.

Respecto a sus funciones, Fabra indicó que está "dispuesto" a hacer un "último esprin" hasta las elecciones y expresó su confianza en Moliner. "Javier, tú tienes mi antorcha, ha llegado el momento del relevo, confío plenamente en ti y en que no te va a faltar el apoyo de tus compañeros", le dijo.

También se dirigió a Camps para decirle que han "soportado acusaciones e insultos que jamás antes se habían pronunciado por adversarios políticos". "Se han pasado años acusándonos en sus medios de comunicación de corrupción", concluyó.