ETA irrumpe de nuevo en una campaña, pero por vez primera sin pistolas

Con el comunicado con el que ha anunciado el "cese definitivo" de la violencia, la organización terrorista ETA ha entrado nuevamente de lleno en una campaña electoral, aunque en esta ocasión de manera distinta, porque en vez de cometer asesinatos o secuestros ahora se compromete a dejar la violencia para siempre.


Hace más de tres años, cuando los partidos culminaban la campaña electoral de las últimas elecciones generales, ETA asesinó en Mondragón (Guipúzcoa) al exconcejal socialista Isaías Carrasco.


Era el 7 de marzo de 2008, último día de campaña, cuando un etarra acabó con la vida de Carrasco al dispararle cinco tiros nada más subirse a su coche para dirigirse al trabajo.


Los partidos cancelaron sus mítines y la muerte del exconcejal del PSOE marcó la jornada de reflexión de aquellas elecciones.


No era la primera vez que los etarras trataban de acaparar la atención pública en período electoral mediante la comisión de asesinatos u otros actos terroristas, situación muy diferente a la que ahora se plantea para las fuerzas políticas, que por vez primera van a hacer campaña sin la amenaza latente de un atentado etarra.


Sí hubo una tregua antes de las elecciones generales de 2004, pero en aquella ocasión ETA había circunscrito su cese temporal de actividad a Cataluña, y de hecho los atentados islamistas del 11 de marzo, tres días antes de las elecciones, fueron atribuidos inicialmente por el Gobierno del PP a esta banda terrorista.


La relación de atentados cometidos por ETA en épocas de campaña o precampaña es muy prolija e incluye numerosos asesinatos, parte de ellos de políticos, colocación de bombas y secuestros.


En la campaña de las primeras elecciones democráticas de 1977 hubo 56 atentados, la mayoría en el País Vasco.


Antes de los comicios generales de 1979, ETA asesinó a seis personas y secuestró a otras seis y en las municipales de ese mismo año mató a un policía e hirió a la excalcaldesa de Bilbao.


Siguió la particular campaña de atentados en las autonómicas de 1980, con cinco personas muertas por atentados etarras en el mes previo a su celebración; igualmente en las generales de 1982, con tres asesinatos y colocación de varias bombas en Bilbao.


La campaña de las autonómicas vascas de 1984 fue suspendida tras el asesinato del senador socialista Enrique Casas; antes se habían producido otras dos muertes.


La cita de ETA con las urnas se fue repitiendo año tras año, como en 1989, cuando un mes y medio antes de las elecciones legislativas asesinó en Madrid a la fiscal de la Audiencia Nacional, Carmen Tagle, o en 1995, cuando colocó una bomba con la que intentó matar en la precampaña de las elecciones europeas al entonces jefe de la oposición y presidente del PP, José María Aznar.


También era época de precampaña cuando en 1996 los etarras asesinaron primero al histórico socialista vasco Fernando Múgica y después al ex presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente.


En 2000, ETA rompió una tregua de quince meses y mató en fechas previas a las elecciones generales al secretario general de los socialistas alaveses Fernando Buesa, y su escolta, y en las autonómicas vascas de 2001 asesinó a cuatro personas, entre ellos un concejal del PSOE el senador del PP Manuel Jiménez Abad.