EXPULSADOS

ETA expulsa a 'La Tigresa' y su novio por pedir perdón a sus víctimas

López Riaño y Arizmendi ya fueron acercados al País Vasco en 2010 tras romper con la banda, que hasta ahora se negaba a echarles oficialmente.

López Riaño, en julio de 2004 en la Audiencia Nacional.
ETA expulsa a 'La Tigresa' y su novio por pedir perdón a sus víctimas
PACO CAMPOS/EFE

ETA no tolera disidentes aunque haya anunciado el "cese definitivo" de su actividad y aunque la díscola en esta oportunidad sea uno de sus históricos iconos. La organización terrorista ha expulsado de sus filas a uno de sus miembros más sanguinarios, Idoia López Riaño, 'La Tigresa', condenada a miles de años de cárcel por matar a 23 personas. 'La Tigresa', de 47 años, que en verano de 2010 fue acercada desde Granada a Pontevedra, y desde allí, a la cárcel alavesa de Nanclares de Oca tras renegar de la organización terrorista, ha sido repudiada por ETA por firmar el documento en el que, entre otras cosas, pide perdón a sus víctimas, según han desvelado responsables de la lucso Joseba Arizmendi Oiartzabal, de 39 años.


La organización ha hecho oficial la doble expulsión a través del cauce habitual, la exclusión de sus nombres de los listados del EPPK, el autodenominado 'colectivo de presos políticos vascos'. Tras el repudio oficial, los dos etarras dejan de recibir asignaciones del grupo de solidaridad con los reclusos, sus familiares son marginados de cualquier actividad y el resto de presos de ETA reciben órdenes de evitar cualquier contacto con ellos.


López y Arizmendi fueron acercados juntos al País Vasco el año pasado. Ese fue el único beneficio penitenciario que obtuvo la pareja, después de que renegaran por escrito de la violencia, pidieran perdón a sus víctimas, prometieran colaborar con la justicia y hacer frente, dentro de sus posibilidades, a las indemnizaciones por sus atentados. Se trata de los cuatro puntos de la carta de arrepentimiento que el Ministerio del Interior obliga a suscribir a los presos díscolos de ETA, como paso previo a su introducción en los programas de reinserción que abren la puerta al régimen de semilibertad.


No obstante, según fuentes penitenciarias, a pesar de su arrepentimiento ambos continúan clasificados en primer grado y están aún muy lejos de pisar la calle habida cuenta de sus sanguinarios expedientes. Eso sí, a los dos ya se les permite compartir algunas horas de patio y algunos encuentros íntimos.


López y Arizmendi, que se conocieron en la prisión de Badajoz en 2006 y son 'pareja de hecho', comenzaron hace tres años a mostrarse críticos con ETA, sobre todo tras la ruptura de la tregua de 2006 con el atentado de la T-4 de Barajas. 'La Tigresa', hasta entonces una irredenta, era una habitual de los partes disciplinarios.


Arizmendi, por su parte, era uno de los líderes del 'frente de makos', encargado de mantener la ortodoxia de ETA dentro de las cárceles.


Sanguinaria


López Riaño, que en mayo de 2004 se casó en la cárcel con el también etarra Juan Ramón Rojo, fue extraditada por Francia el 9 de mayo de 2001. Desde que en 2006 fuera juzgada por sus causas pendientes, había estado siempre 'castigada' en penales especialmente alejados del País Vasco. Primero en Puerto II (Cádiz), donde estuvo hasta marzo de 2006; luego en Badajoz, donde llegó en abril de 2010; para terminar en Granada, donde permanecía desde julio de 2007.


La terrorista ahora 'arrepentida' fue detenida en 1994 en Francia. Para entonces, ya estaba reclamada por 14 causas diferentes en la Audiencia Nacional.


'La Tigresa' comenzó su carrera terrorista en 1984. Su atentado más conocido es sin duda la colocación de un coche-bomba en enero de 1986 en la plaza de la Republica Dominicana de Madrid en el que murieron 12 guardias civiles. Fue condenada a 1.572 años de cárcel por aquella matanza, mientras que a su compañero de comando Santiago Arrospide, 'Santi Potros', también arrepentido, le cayeron 1.920 años.


Además de aquella masacre, López Riaño participó en la colocación de un coche bomba contra un vehículo de la Guardia Civil en la calle de Príncipe de Vergara de Madrid, que costó la vida a cinco agentes en abril de 1986; el asesinato frustrado del entonces presidente del Consejo del Poder Judicial, Antonio Hernández Gil, en mayo de ese año; o los homicidios del teniente coronel Carlos Besteiro Pérez, del comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas Martínez, y del soldado conductor Santiago Casillas Martín, en Madrid, en junio de 1986.


Arizmendi, que hasta su traslado a Nanclares estaba de Badajoz, está condenado por el asesinato de Raúl Suárez en Guipúzcoa en 1991 y por el intento de homicidio de José Ignacio Lago. Tras la aplicación de la 'doctrina Parot' su excarcelación no está prevista hasta 2021.


Nanclares


López Riaño y Arizmendi comparten desde hace 17 meses prisión con algunos de los más conocidos disidentes de la banda, como Kepa Pikabea o José Luis Álvarez, 'Txelis'. Estos dos ex jefes de ETA, junto a otros cinco presos desvinculados de la organización y ya expulsados disfrutan desde hace un tiempo de permisos regulares de salida.


La ruptura de 'La Tigresa' con la banda fue el mayor éxito de la política penitenciaria antiterrorista puesta en marcha por el entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba y que se ha saldado con el apartamiento de más de medio centenar de presos de la ortodoxia de ETA. No obstante, desde que la banda terrorista decretara en enero su cese, entonces permanente, de la acción armada los saltos a la disidencia han caído en picado.


Junto a los nombre de López y Arizmendi también ha desaparecido de los listados del EPPK el de Andoni Díaz Urrutia, un empleado de Caja Laboral que fue condenado en 2007 en el macroproceso KAS-EKIN-XAKI (sumario 18/98) a once años de prisión por pertenencia a ETA. Díez fue acercado la pasada primavera de Asturias a Nanclares, donde Interior concentra a los reclusos que ya han roto con la organización terrorista.