CRISIS FINANCIERA

España no es Grecia... ni Portugal

Zapatero y Rajoy, ayer al inicio de la reunión en el palacio de la Moncloa.
España no es Grecia... ni Portugal
J.J. GUILLéN/EFE

Año y medio después de la última reunión de Zapatero y Rajoy en el palacio de la Moncloa, ayer volvieron allí a estrechar sus manos, sonreír ante los fotógrafos e incluso, pese a las notables diferencias que han constatado que mantienen en el terreno económico, acordar la reforma de la ley de cajas de ahorro.

Era un día para apoyar sin fisuras el respaldo a Grecia y para intentar mostrar cierta unidad después de la jornada negra vivida ayer por las bolsas. Pero esa unidad no fue más allá de acuerdos muy puntuales, de coincidir en lucir una corbata a rayas (más gruesas el líder del PP) y de comparecer en el mismo escenario.

Por unos momentos, los periodistas llegaron a soñar con la imagen de Zapatero y Rajoy compartiendo la rueda de prensa tras su entrevista, una escena a la que dio pábulo que en la sala habilitada para escuchar a ambos hubiera, al poco de que comenzaran su reunión, dos atriles con sendos micrófonos.

Pero más tarde, uno de ellos desapareció y se desvanecieron las esperanzas de vivir algo inédito. El jefe del Gobierno y el presidente del PP decidieron no seguir los pasos de lo que la semana pasada hicieron dos políticos vecinos como el primer ministro portugués, José Sócrates, y el líder de la oposición lusa, Pedro Passos Coelho.

Ayer en España no se emuló a Portugal. Y, puestos a distanciarse con otros países, lo que Rodríguez Zapatero y Rajoy dejaron claro es que España tampoco es Grecia, porque no ven comparable su tragedia económica. Eso sí, no faltaron las advertencias del líder del PP de que para no acabar de la misma forma hay que actuar ya, porque se ha acabado el tiempo para que el presidente siga con su actual política.

Zapatero y Rajoy compartieron dos horas y cuarto a solas en las que aseguraron que solo hablaron de economía. Ni asomo de la renovación del Constitucional, del Estatuto de Cataluña, de la situación de ETA y de la izquierda aberzale, del pacto sobre la educación... Hoy no tocaba, pero se antoja difícil ver a corto plazo el momento en el que estos asuntos sean abordados por ambos en una reunión similar.

Aún quedan casi dos años para que eso sea posible, a no ser que Zapatero decida adelantar la cita con las urnas. Por si acaso, Rajoy aprovechó para ofrecerse como alternativa y asegurar que está dispuesto a asumir el reto de gobernar si los españoles lo deciden.