PRESIDENCIA DE LA UE

España afronta su examen diplomático

Madrid acoge la cumbre entre la Unión Europea y América Latina con la presencia de representantes de casi 60 países.

Madrid reúne a la diplomacia de 60 países de la Unión Europea y América Latina y Caribe, que, además de impulsar sus relaciones, hablarán de los temas candentes de la actualidad, especialmente de la crisis financiera.

Los cancilleres de ambas regiones celebraron ayer un encuentro previo a la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, en el que dieron luz verde a los documentos finales que se aprobarán hoy, entre ellos un plan de acción de cooperación y consenso en temas internacionales.

La Unión Europea mantuvo tres cumbres paralelas con Chile, el Caribe y Mercosur, y hoy lo hará con Centroamérica, región con la que se espera firmar un acuerdo de asociación, y con la Comunidad Andina. En nombre de la UE participaron en los encuentros el jefe del Gobierno y presidente semestral de la UE, José Luis Rodríguez Zapatero; el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.

La cumbre, el examen diplomático más importante del semestre español al frente de la UE, tiene sin embargo grandes ausencias. A la misma no asisten el presidente de Venezuela, Hugo Chávez; el cubano Raúl Castro o el uruguayo José Mújica, mientras que por parte europea tampoco están el de Italia, Silvio Berlusconi, ni el primer ministro británico, James Cameron.

Zancadillas de Francia

En la cita, España se salvó del fracaso. Habrá conversaciones entre la UE y Mercosur, acuerdo de integración comercial que agrupa a Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, para impulsar el "desarme" arancelario. Ese era el gran objetivo de la Presidencia española en la cumbre y lo logró. "Seamos claros -avisó aun así el presidente de la Unión Europea- estamos iniciando una negociación que solo podrá concluir si está bien hecha".

Desatascar un convenio bloqueado desde hacía casi seis años no será tarea fácil. Este acuerdo de libre comercio cuenta con las reticencias de varios países, como bien pudo comprobar en Bruselas la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, en el encuentro que celebró con sus homólogos en Bruselas. Casi a la misma hora que Rodríguez Zapatero, Durão Barroso y Van Rompuy se reunían con la argentina Cristina Fernández de Kirscher, el brasileño Luiz Inacio 'Lula' da Silva; el vicepresidente uruguayo, Danilo Astori, y el presidente paraguayo, Fernando Lugo, 16 países europeos mostraban sus recelos al documento que estaban a punto de firmar.

A la cabeza de los desafectos está Francia. Nicolas Sarkozy está sometido a una fuerte presión interna. Las organizaciones agrarias de su país exigen que se oponga a un convenio que, aseguran, pondría en jaque a la agricultura europea, incapaz de sobrevivir a la competencia de la carne argentina y uruguaya, el pollo y las verduras brasileñas. Los franceses alegan que la UE importa ya 19.000 millones de euros en productos agrícolas de Mercosur, mientras que no exporta ni 1.000.

España y la Comisión aseguran que levantar los aranceles al 95% de los productos reportaría un beneficio de 5.000 millones para ambas partes. Además, recuerdan que Europa es el segundo socio comercial de la región y el primero en inversiones. Pero, alertan, los países emergentes, y especialmente China, van tomando posiciones en una zona de Sudamérica que alcanza los 700 millones de consumidores.

El documento político firmado en Madrid establece principios de julio como fecha de arranque de las negociaciones. Barroso se mostró realista. "Este pacto requiere esfuerzos de ambas partes" y en el caso de los países sudamericanos será necesario acometer la liberalización del sector servicios y revisar los impuestos a las importaciones. Fernández de Kirschner, presidenta de Mercosur, remarcó que el proteccionismo es también subsidiar productos, ofrecer exenciones fiscales y ayudar a la exportación. "Todos los tipos de proteccionismo -alegó- deben ser examinados con el mismo criterio".

Fue un claro mensaje para Europa al que nadie replicó. Lo cierto es que si Zapatero tenía que ayudar a limar los reparos del resto de los socios, no lo intentó. Es más, admitió que los grandes beneficiados del acuerdo con Mercosur serán los países sudamericanos. "Todos ganamos si se logra un acuerdo ambicioso y sobre todo los países donde es más necesario", concluyó.