PAÍS VASCO

El tribunal superior del País Vasco archiva el 'caso Ibarretxe'

La sala, con el voto en contra de su presidente, cree que no hay "acusación legítima" contra el lendakari y los dirigentes socialista que se reunieron con la cúpula de Batasuna en 2006.

Juan José Ibarretxe dialoga con Patxi López
El tribunal superior del País Vasco archiva el 'caso Ibarretxe'
EFE

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco archivó, con el voto en contra de su presidente, el proceso abierto contra el lendakari Juan José Ibarretxe, los dirigentes del PSE Patxi López y Rodolfo Ares, y cinco responsables de Batasuna con su portavoz Arnaldo Otegi al frente, por las reuniones que mantuvieron durante el fallido 'proceso de paz' intentado en 2006 durante la tregua de ETA. Pese a que los imputados no ocultaron su satisfacción e hicieron votos contra la "judicialización" de la política y la "criminalización" del diálogo político, el 'lehendakari' mostró las dudas sobre resultado final del proceso y auguró una reapertura de la causa por parte del Tribunal Supremo cuando "políticamente interese más".


La sala no entra a valorar la legalidad de aquellos encuentros con una formación ilegalizada por el Tribunal Supremo, sino que asume el criterio fijado por esa corte en el 'caso Botín' y concluye que no hay "acusación legítima" para seguir adelante con el juicio que empezó el pasado jueves porque la Fiscalía no presentó cargo alguno al entender que no hubo delito, no existió tampoco acusación particular ejercida por posibles perjudicados directos por las reuniones y el caso respondía sólo a la acusación popular defendida por el Foro de Ermua y la plataforma Dignidad y Justicia.


A la 'doctrina Botín' se remitieron el jueves, día de la apertura del juicio, la fiscal jefe del País Vasco, María Ángeles Montes, y las defensas de los dirigentes socialistas y de Batasuna.


Y también ese fue el argumento esgrimido por la defensa del 'lehendakari' durante los casi tres años que ha durado el proceso para exigir el archivo de la causa. Sin embargo, los abogados de Ibarretxe cambiaron de estrategia la semana pasada y, ante "la pena de banquillo" ya sufrida por jefe del Gobierno vasco, abogaron por la celebración del juicio para demostrar la "inocencia" de los acusados e impedir que, en lo sucesivo, pueda criminalizarse un supuesto proceso de diálogo.


Este lunes, el tribunal dio la razón a los que reclamaron el fin del proceso gracias a los dos votos de los magistrados Antón Subinás y Juan Carlos Benito-Brutón, y en contra del criterio del presidente de la sala, Manuel Díaz de Rábajo, que adelantó su decisión de presentar un voto particular por considerar que la acusación popular "está legitimada en este tipo de procedimientos para el ejercicio de la acción penal únicamente a su instancia".

Recelos


Aunque los imputados respiraron aliviados al verse libres del banquillo, el lendakari no ocultó sus dudas sobre el recorrido final del caso. Tras reunir con carácter de urgencia a su gobierno en Vitoria, Ibarretxe compareció ante los medios de comunicación, expresó su "satisfacción" porque se haya puesto fin a un "sinsentido jurídico y político que estaba persiguiendo el diálogo y la búsqueda de soluciones para este país" a través de un juicio "con claro impulso político" y denunció la "politización de la justicia", de la que responsabilizó, entre otros, al presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Fernando Ruiz Piñeiro, que instruyó la causa y al que señaló responsable de lo que calificó como "despropósito antijurídico y antidemocrático".


Además, el lendakari extendió un manto de recelos sobre el recorrido final de la causa y confió en que, cuando vea los recursos, el Supremo "atienda el fondo del problema y no vuelva a criminalizar el diálogo político" y la decisión conocida hoy no sea "un simple paréntesis" para recuperar la causa "en un momento en el que políticamente interese más".


Recordó que Juan María Atutxa fue absuelto por la justicia vasca y condenado en segunda instancia por el Supremo al repetir el juicio oral. Conseguida su fotografía "sentado en el banquillo", Ibarretxe lanzó al aire su sospecha de que "haya quien quiera convertir este archivo en un paréntesis político y que tras la decisión del Supremo se nos obligue a realizar de nuevo el juicio", alertó.

Campaña rota


Por su parte, el secretario general del PSE, Patxi López, reconoció sentir "una mezcla de alivio y frustración" tras el fin del juicio. Alivio al confirmarse su inocencia y la de su compañero Rodolfo Ares, que acudieron a la cita con Batasuna "con un fin noble" y "avalados" por la autorización del juez Baltasar Garzón. Y frustración porque "se nos ha dado la razón" tras pasar "mucho tiempo" defendiendo que nunca cometieron delito alguno.


Desde Madrid, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, celebró la decisión del tribunal vasco sobre un proceso que, a su juicio, "nunca debió existir", pero eludió pronunciarse sobre si la convicción de que López hizo lo correcto implica que todavía hoy considera legítima la negociación política con una fuerza como Batasuna. En todo caso, insistió en que ya "no hay ninguna posibilidad de que vuelva a abrirse un proceso de diálogo".


Su cerrojazo choca con la interpretación que de la decisión judicial hizo el ex portavoz de la ilegalizada Batasuna. Otegi afirmó que el juicio perseguía "obstaculizar futuros procesos de negociación política que, sin duda van a existir", y "dar por zanjada la vía del diálogo como vía de solución al problema político que existe en Euskal Herria".


La alegría de los socialistas es ahora doble. El archivo de la causa evita una situación incómoda a Patxi López que, según aseguró Blanco y conforme a los sondeos que maneja la dirección del PSOE, será el próximo lendakari. Pero, sobre todo, parte por la mitad la campaña electoral "victimista" con la que el lendakari pretendía concurrir a los comicios del 1 de marzo.


López lamentó, aún así, que el juicio haya servido ya para que "algunos", en referencia directa a Ibarretxe, hayan visto "la foto que perseguían" del presidente vasco en el banquillo. Y arremetió contra el PP por "judicializar la política".