EN CUATRO AÑOS

El Supremo rebaja la pena a una mujer condenada por matar al violador de su hija

Considera que la atacante, que prendió fuego a la víctima, sufría un trastorno mental cuando ocurrieron los hechos.

El Tribunal Supremo ha rebajado la pena de nueve años y medio a cinco años y medio de prisión a una mujer condenada por la Audiencia Provincial de Alicante por haber matado al hombre que violó a su hija de 13 años. Según estiman los magistrados, María del Carmen G. padecía un trastorno mental en el momento de los hechos provocado por la violación de su hija, que "tuvo una especial trascendencia en la comisión de los hechos".


"Tales factores psicológicos, unidos al hecho de la visión y acercamiento a ella de la víctima, reactivan la obcecación que tenía con A. C. V. desde la violación de su hija", lo que provocó "un estado emocional y de ansiedad de tal intensidad que fue más allá de lo que podría calificarse de una parcial ofuscación", explica la sentencia.


En su fallo, el Tribunal no exime de culpa a la condenada ya que "las capacidades de conocer y querer se encontraban conservadas, aunque limitadas, lo que justifica una atenuación proporcional a la intensidad del padecimiento".


Los hechos tuvieron lugar el 13 de junio de 2005 en Benejúzar (Alicante). A las 10.30, María del Carmen G. esperaba el autobús en una parada cerca de su casa cuando A. C. V., condenado a nueve años por la violación y que en ese momento disfrutaba de un permiso carcelario, se acercó a la condenada y le preguntó qué tal estaba su hija. Tras una breve discusión, la víctima, conocido en el pueblo como el Pincelito, se dirigió a un bar cercano. Hasta allí le siguió María del Carmen G. tras haber llenado una botella de gasolina y, después de decirle: "¿Te acuerdas de mí? Pues para que no me olvides", le roció el líquido por el cuerpo para a continuación prenderle fuego con una cerilla. A. C. V. murió días después por la gravedad de las heridas.


El Supremo prohíbe además a la condenada a acercarse en 12 años a menos de 500 metros de la viuda y los cuatro hijos de la víctima.