CONSECUENCIAS DE LAS ELECCIONES

El PSOE opta por circunscribir la debacle a Cataluña

José Montilla renuncia a su escaño en el Parlamento regional para "favorecer el proceso de renovación del partido".

José Montilla conversa con su compañero de partido Isidre Molas ayer en la Ejecutiva del PSC.
El PSOE opta por circunscribir la debacle a Cataluña
ANDREU DALMAU/EFE

Menos de 24 horas tardó el PSOE en convertir las elecciones catalanas en algo prácticamente ajeno a sus propios males. Si el domingo el secretario de Organización del partido, Marcelino Iglesias, aseguró que asumirían la parte de responsabilidad que les correspondiera por el trompazo del PSC, el examen de conciencia brilló ayer por su ausencia. En la dirección federal han encontrado un culpable para el peor resultado electoral logrado nunca por los socialistas de Cataluña: la fórmula de gobierno tripartito entre formaciones demasiado dispares.


Lo que, en todo caso, defienden es que la debacle no tiene por qué tener una traslación directa en las próximas elecciones municipales, y mucho menos en las generales de 2012. De algún modo, el PSOE siempre contó con que el enorme descontento reflejado por las encuestas se debía más a las vicisitudes del variopinto Gobierno de la 'Generalitat' que a factores exógenos achacables a la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero -como ocurre en otras comunidades autónomas- y, por eso mismo, siempre mostró cierta esperanza en que, una vez recibido el castigo, se abriera una fase de "reconciliación" con el electorado.


La comisión permanente de la Ejecutiva socialista, sin Zapatero pero con el vicesecretario general, José Blanco, recordó que la pérdida de votos que ya sufrió Montilla en 2006 respecto a Pasqual Maragall en 2003 no se tradujo luego en un resultado calamitoso en los municipios catalanes. Pero lo cierto es que, aunque la caída no fue del mismo calibre, haberla la hubo.


El riesgo ahora es mayor porque las circunstancias no son las mismas. "En tiempos de dificultades económicas -admitió Iglesias- tenemos que saber explicarnos muy bien, y es verdad que estamos en un mundo donde no es fácil tener tiempo para poder explicar las cosas con serenidad". Con la boca pequeña admitió, pues, que los simpatizantes catalanes sí se han visto de alguna manera salpicados por un sentimiento de desafección más genérico.


"No soy de los que apalancan"

El batacazo del socialismo catalán ha tenido consecuencias más rápidas de las esperadas. El 'president' José Montilla anunció ayer, horas después de renunciar a la reelección como primer secretario del PSC, que deja su escaño en el 'Parlament' para "dedicar las energías a favorecer el proceso de renovación del partido". "No soy de los que se apalancan en la silla", aseguró.


Montilla dirigirá el PSC hasta el próximo congreso del partido, previsto para el otoño de 2011, aunque hay voces que proponen que se celebre antes de las municipales. El PSC corre por primera vez el riesgo de perder la joya de la corona: el Ayuntamiento de Barcelona.


Además, la lucha por la sucesión se ha precipitado muy rápido. En las quinielas hay cuatro aspirantes, dos por sector: del catalanista, Antoni Castells y Montserrat Tura; del españolista, Celestino Corbacho y Carme Chacón.