POLÍTICA
El PSOE amaga con una subida de impuestos para directivos de banca y grandes rentas
El ministro de Trabajo, miembro del equipo electoral de Rubalcaba, cree que la brecha salarial es demasiado elevada.

La banca ya no es intocable. Los pésimos resultados de las elecciones autonómicas y las negras perspectivas para las generales han empujado al PSOE a modificar, al menos en apariencia, su relación con el poder financiero en un intento de congraciarse con su electorado tradicional. Entre los más entregados a esta nueva causa está el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, que ayer abogó incluso por subir los impuestos a grandes sueldos como los de directivos de entidades financieras.
La idea no forma parte de los planes de Gobierno con los que José Luis Rodríguez Zapatero quiere concluir la legislatura; entre otras cosas, subrayan fuentes gubernamentales, porque «no daría tiempo». Pero Valeriano Gómez es uno de los hombres que firmarán el programa electoral de Alfredo Pérez Rubalcaba y ya prepara algunos de los documentos que deben discutirse en la conferencia política del 30 de septiembre y 1 y 2 de octubre. De momento, incluso sus más próximos admiten estar sorprendidos por la sugerencia.
Gómez señaló en Telecinco que la enorme brecha salarial entre los directivos y quienes se encuentran en la parte baja de la tabla es demasiado grande, y defendió que en algunos casos deberían aplicarse tipos fiscales «especialmente aumentados».
Cambio de rumbo
En la última reforma del IRPF, en otoño de 2010, el Gobierno ya hizo un guiño a la izquierda con una medida semejante y creó dos nuevos tramos, uno para que quienes ganan entre 120.000 y 175.000 euros tributen al 44% y otro para que quienes cobren de 175.000 en adelante lo hagan al 45%. Fue el propio Zapatero quien en 2006 rebajó el tipo máximo del 45% al 43%.
Lo que no cambió entonces -y, según Gómez, no cambiará tampoco en un futuro próximo- es la tributación de las Sociedades de Inversión Colectiva (Sicav), de las que se sirven las grandes fortunas para pagar menos impuestos. Su gravamen es de un 1%, pero el Gobierno siempre ha esgrimido que subirlo solo lograría una fuga de capitales hacia países con una fiscalidad más atractiva.
La propuesta del ministro de Trabajo no es en absoluto concreta, pero casa con el nuevo discurso del 'candidato Alfredo', que el fin de semana cargó contra los directores de sucursales que aprobaron «hipotecas al límite». Y también con la decisión de subir el mínimo inembargable a 961 euros, o hasta 1.350 euros en caso de tener personas a cargo, anunciada en el debate sobre el estado de la nación y aprobada en el Consejo de Ministros el viernes.
El ligero viraje de los socialistas hacia la izquierda ha dado cierto brío a un partido habitualmente aquejado de ciclotimia y últimamente en fase depresiva aguda. El secretario de Organización, Marcelino Iglesias, resumió el sentir general de su formación y las conclusiones de la comisión ejecutiva: «Se pueden defender las políticas del Gobierno», aseguró.
Iglesias aprovechó también la ocasión para sacar la cara por Rubalcaba después de que este dijera que sabe lo que debe hacer para crear empleo. Frente a los reproches del PP, adujo que cada momento tiene sus circunstancias y que si hasta ahora el Ejecutivo no ha puesto en marcha lo que promete el vicepresidente primero es porque antes era necesario tomar medidas de ajuste. «Lo que hay que hacer ahora seguro que no se podía hacer con cuatro puntos menos de crecimiento», apuntó.