El "pacto social" que baraja el Gobierno dejará a la Seguridad Social en números rojos

El "pacto" que baraja el Gobierno para cerrar un acuerdo con patronales y sindicatos en la mesa del diálogo social (foro de debate y negociación entre Ejecutivo, empresarios y centrales) dejará en números rojos a la Seguridad Social. El Ministerio de Trabajo prevé que a final de 2009 los ingresos por cotizaciones superen en unos "3.000 ó 4.000" millones el gasto en prestaciones.


Pero este importe será insuficiente para afrontar la reducción en dos puntos de las cuotas que pagan los empleadores por sus empleados. La rebaja supondrá una disminución de ingresos cercana a los 7.000 millones de euros.


Todavía no hay nada cerrado. La CEOE pidió a última hora del miércoles al Gobierno que se aplazara al lunes la reunión de este jueves. El secretario general de la patronal, José María Lacasa, insistió en que su organización quiere cinco puntos menos de cuotas "para situarnos en la media de los países de la Unión Europea", si bien aclaró que cuando los empresarios "se sientan en una mesa de negociación siempre están dispuestos a ser flexibles". "Creemos que es una medida factible que se financiará con creces con el empleo creado, sin necesidad de tocar ningún otro impuesto", añadió.


Lacasa rechazó que la rebaja de cotizaciones sea temporal --como ha anunciado el ministro de Trabajo Celestino Corbacho-- puesto que "el problema es estructural" e informó que el motivo del retraso de la reunión era dar tiempo al Gobierno para que concrete su última propuesta. CEOE también considera fundamental abordar el absentismo, los expedientes de regulación de empleo y las líneas del Instituto de Crédito Oficial (ICO).


Por su parte, el secretario general de CC. OO., Ignacio Fernández Toxo, señaló que cualquier cambio relacionado con la Seguridad Social tiene que adoptarse en la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, encargada de velar por el sistema público de protección.


Lo contrario sería "una gran falta de respeto" hacia sus señorías y hacia los ciudadanos que son quienes les han votado.


Malestar



El ministro de Trabajo minimizó las discrepancias y la demora de la reunión porque a "todos nos viene bien tener un poco de margen".


"Estamos trabajando con Hacienda, con quienes elaboran los Presupuestos Generales y con la Seguridad Social, bajo la idea de que todo esto acabe en una propuesta concreta y llegar a un acuerdo en los próximos días", explicó. Pero no todos los representantes del Ejecutivo piensan lo mismo.


Algunos muestran profundo malestar porque "el todavía hipotético pacto social va a tener un coste más elevado de lo que parece.


Puede dar al traste con la única institución saneada, sólida y solvente que existe", en relación al déficit que en el que incurriría la Seguridad Social. Es más, defienden que no se dé el más mínimo paso en la reducción de cotizaciones "sin contar con la garantía por escrito de que el Estado asumirá el coste necesario para garantizar el sistema". También se preguntan si después de realizar numerosos cálculos, la rebaja en dos puntos será suficiente para obtener el visto bueno de CEOE y de CC. OO., sindicato que desaprueba la medida.



Plazo

Otra de las desavenencias (aparentemente insalvable) radica en cuándo debe cerrarse la negociación. CEOE no tiene prisa, mientras que el resto de los interlocutores aboga porque sea en julio. Toxo señaló que los cambios urgen porque conviene estar preparados para los meses de agosto, septiembre y octubre en los que el paro volverá a subir. Para el líder de UGT, Cándido Méndez, posponer el proceso hasta después de vacaciones "supondrá incorporar más incertidumbre y una cierta frustración de las expectativas que la sociedad tiene". En su opinión, el diálogo social cuenta con dos tiempos. Uno limitado a actuaciones rápidas y otro más amplio "identificando objetivos a desarrollar posteriormente".


Corbacho remarcó que "el diálogo social no lo vamos a tener abierto toda la legislatura", aunque el Gobierno "no quiere poner un calendario de horas ni de días". "Debemos trabajar sin prisas pero con la suficiente intensidad para llegar a un acuerdo lo antes posible. La crisis no entiende de temporada de invierno o verano y la sociedad nos pide a todos un acuerdo cuanto antes", concluyó.


Las declaraciones del ministro y de los agentes sociales tuvieron lugar durante la conmemoración del 90 aniversario de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), celebrada en un céntrico hotel.