SANIDAD

El 68% de los médicos han sido agredidos o amenazados

Andalucía, Madrid y Canarias encabezan los casos y Aragón está en la cola, según la encuesta del psiquiatra de Zaragoza Fuertes Rocañín.

El 68% de los médicos asegura haber sido víctima de agresiones, amenazas o coacción por parte de sus pacientes, de las que el 3% fueron episodios de violencia física. Así lo indica una encuesta realizada sobre 2.843 facultativos -72% de Atención Primaria y 27% de especializada- por el doctor José Carlos Fuertes Rocañín, especialista en Psiquiatría del Hospital General de la Defensa, en Zaragoza, cuyos datos presentó ayer en Madrid.


Durante un encuentro con la prensa organizado por Pfizer, Fuertes destacó un "aumento de las agresiones a facultativos", en su mayoría verbales y por motivos burocráticos o de gestión, como el manejo de las bajas laborales o la expedición de recetas.


Andalucía, la Comunidad de Madrid y Canarias destacaron como "las comunidades autónomas donde se han registrado más amenazas", mientras que Aragón, Galicia y Cantabria fueron "las autonomías con menos", según esta encuesta, que cuenta con opiniones de médicos procedentes de toda España, salvo Ceuta y Melilla.


El 65% de los encuestados achacan los problemas médico-paciente a la "mala educación sanitaria" de la población y casi la mitad (48%) cree que influyen también en estos comportamientos la información que los pacientes leen en internet y los problemas de entendimiento o cultura que plantean los pacientes extranjeros.


Un 63% señala que también "crea enfrentamientos" entre médico y paciente la "confusión normativa" generada por las distintas regulaciones que se ponen en marcha desde el Estado y desde las comunidades autónomas.


Además, casi la mitad de los encuestados (40%) culpa de esta situación al hecho de que los pacientes "abusan de la sanidad pública", sobrecargando por ejemplo los servicios de urgencias y reduciendo el tiempo mínimo a dedicar a las consultas.


Para Fuertes, la solución pasa por aumentar el número de médicos y reducir así la presión asistencial, sobre todo en Atención Primaria, donde un profesional puede llegar a tener que ver en una tarde "a entre 120 y 130 pacientes" y con frecuencia se detecta el síndrome del profesional 'quemado' por el estrés laboral.