DEFENSA

El Gobierno pedirá el máximo castigo para el espía que vendió información secreta a Rusia

El Gobierno quiere una condena ejemplar para el ex agente del CNI Roberto Flórez, detenido el 23 de julio de 2007 en Tenerife y después encarcelado por revelar información secreta a los servicios secretos de Rusia. Su traición, aireada por el Ejecutivo en un gesto sin precedentes, permitió al espionaje ruso desbaratar tres operaciones del CNI orientadas a captar colaboradores en la Federación Rusa, obligó a proteger o cambiar de destino a numerosos agentes 'quemados' y a cambiar los protocolos de seguridad de la Casa, y, en definitiva, dio al traste con años de trabajo del CNI en el gigante del este.


Por su responsabilidad en esos hechos, Roberto Flórez permanece encarcelado desde agosto de 2007 en un módulo especial de la prisión madrileña de Alcalá-Meco para miembros de las fuerzas de Seguridad, a la espera de que el titular del juzgado de instrucción 48 de Madrid, Baltasar Fernández, decida la apertura del juicio. El Gobierno y el CNI se han personado en la causa a través de la Abogacía del Estado. Fuentes de ese órgano explicaron que piensan «pedir la pena máxima» que prevé el Código Penal para los delitos atribuidos a Flórez, doce años por traición y otros cuatro por revelación de secretos.


La Audiencia Provincial de Madrid levantó hace unos meses parte del secreto del sumario para que el reo pueda preparar su defensa, al tiempo que confirmaba su permanencia en prisión por entender que existe riesgo de fuga. Fuentes de la investigación detallaron que, pese a ese levantamiento, "hay una parte no confesable" de la investigación que permanece opaca por afectar a la seguridad del Estado.


Está compuesta por documentos incautados en casa del ex espía con detalles sobre procedimientos y estructuras del CNI, y un listado de agentes adscritos al área de Rusia. Entre esos papeles figura una copia de una carta fechada en 2001 dirigida al espionaje ruso, en la que Flórez ofrece información clasificada a cambio de 200.000 dólares. Fuentes del caso aseguraron que Flórez llegó a cobrar esa cantidad, y que hubo incluso un segundo pago.


Temor en el CNI


El sumario está ahora parado a la espera de que la Fiscalía, y después la Abogacía del Estado, formulen sus escritos de acusación contra el ex expía. Fuentes del CNI admitieron que dentro de la Casa existe temor a que durante el juicio salgan a la luz nuevos datos sobre las actuaciones de Flórez que puedan comprometer el trabajo de sus agentes. De ahí que el propio servicio secreto haya pedido al juez y al abogado del Estado que omitan en sus escritos -y más adelante en la vista pública- cualquier referencia a información sensible que no sea imprescindible.


Todas esas cautelas contrastan con las declaraciones del director del CNI, Alberto Sáiz, quien el día que hizo pública la detención del ex agente aseguró que su traición no afectó "en ningún momento a la seguridad de España", tesis en la que insistió unos meses después en una comparecencia a puerta cerrada ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso.


Otras fuentes gubernamentales confesaron en privado tras el arresto de Flórez que airear la información vendida a los rusos "pondría los pelos de punta" a mucha gente. También subrayaron que el Gobierno quiso linchar en público al traidor como "aviso a navegantes", para disuadir a otros posibles 'topos' que aspiren a convertirse en agentes dobles. De igual modo, el Ejecutivo concibió la jugada como una "advertencia" a los servicios secretos de otras potencias que puedan sentir la tentación de comprar espías españoles.