PRESUPUESTOS

El Gobierno deberá interrumpir las vacaciones del Congreso para salvar los Presupuestos

Los populares vetan hoy en el Senado el techo de gasto, lo que propiciará un pleno extraordinario para levantarlo

Rajoy, Oreja, García Escudero, De Cospedal y González Pons, en La Granja de San Ildefonso (Segovia).
El Gobierno deberá interrumpir las vacaciones del Congreso para salvar los Presupuestos
martín/efe

madrid. La debilidad parlamentaria del Gobierno se visualizará hoy en el Senado: el PP logrará liderar una mayoría que rechazará con holgura el límite de gasto público para 2010 propuesto por el Ejecutivo, 182.439 millones de euros, con lo que en la práctica bloqueará el inicio del proceso de elaboración de los Presupuestos. El Congreso tendrá que convocar un pleno extraordinario en periodo de vacaciones en el que los socialistas, con ayudas mínimas, podrán levantar este veto y aprobar el techo de gasto por los pelos.

 

La derrota en la Cámara Alta es un hecho. El Grupo Socialista, que solo cuenta con el respaldo seguro de los tres senadores de CC y UPN, y quizá de algún independiente, perderá el debate por al menos diez votos a manos de los populares, el PNV y ERC. La derrota no será mayor porque CiU, IU-ICV y el BNG, como ya hicieron la semana en el Congreso, se abstendrán.

 

El portazo del Senado a las pretensiones presupuestarias del Ejecutivo obligará a los diputados a interrumpir sus vacaciones, que se inician mañana, para que el Congreso, en un pleno extraordinario, levante el veto de la Cámara Alta al escenario de ingresos y gastos que permite elaborar las cuentas públicas de 2010 y evite que el Gobierno permanezca maniatado al menos hasta el otoño.

 

El pleno podría celebrarse el 8 de julio y se parecerá mucho al vivido el jueves pasado, cuando el Gobierno sacó adelante la cifra de gasto público con 172 votos a favor y 159 en contra, gracias a la abstención de última hora de CiU y de parte de la izquierda. Para repetir resultado, la dirección socialista deberá tirar de móvil y volver a pasar lista para que no le falle ni un diputado.

 

Antes de que el Gobierno comience a redactar el proyecto de Presupuestos, el Parlamento tiene que dar el visto bueno al techo de gasto. Si las cámaras no respaldan este escenario el Ejecutivo no puede comenzar a elaborar las cuentas, tiene que revisar su previsión de gastos y remitirla de nuevo al Congreso para su aprobación, lo que supone una dolorosa derrota y retrasaría todo el proceso al menos hasta septiembre.

 

Los apuros del Ejecutivo no son más que un aperitivo del suplicio al que la oposición le someterá entre octubre y diciembre con la tramitación y aprobación de los Presupuestos para 2010, la ley fundamental de cada ejercicio. Los socialistas aún no cuentan con apoyo alguno comprometido -solo sus 169 diputados- y ya es casi seguro que votarán 'no' los 168 que suman el Grupo Popular, el PNV y CiU. Cada apoyo de IU, ERC, UPN, CC, BNG o Nafarroa Bai, de los que necesitan al menos siete votos, dependerá de importantes concesiones. Una derrota presupuestaria en diciembre, que evidenciase la ausencia de apoyos de José Luis Rodríguez Zapatero, dejaría al Ejecutivo contra las cuerdas y lanzaría al PP a pedir elecciones anticipadas.

 

Otros asuntos también recortarán las vacaciones parlamentarias de los diputados, que sobre el papel abarcan julio y agosto. El mismo pleno servirá también para que el Congreso reciba a trámite los proyectos de ley urgentes del Gobierno sobre la reordenación de RTVE y sobre la puesta en marcha de un fondo de reestructuración bancario.

 

La Diputación Permanente, el máximo órgano del Congreso fuera del periodo de sesiones, deberá fijar en la primera quincena de julio la fecha en la que Zapatero debe acudir a la Cámara para someterse a un debate monográfico sobre la situación económica y el empleo, al que también ha sido arrastrado por la oposición. Será, según las previsiones, en la semana del 20 al 26 de julio.

 

El Gobierno también reducirá sus vacaciones este año. Zapatero

 convocará en agosto un Consejo de Ministros extraordinario para analizar la evolución de la crisis y las dos vicepresidentas se quedarán prácticamente sin días de descanso para preparar la negociación de apoyos que permitan salvar los Presupuestos. Y, todo ello, sin contar el avispero en el que se ha convertido la negociación sobre la financiación.