TERRORISMO

El Gobierno contesta con tibieza a Caracas

Venezuela cuestiona que los terroristas hayan declarado de forma voluntaria que se entrenaron en el país caribeño.

Un chico pasea ante un edificio con pintadas a favor de ETA, ayer en Caracas.
El Gobierno contesta con tibieza a Caracas
MIGUEL GUTIéRREZ/AFP PHOTO

Venezuela tiene "serias dudas" de que las confesiones de los miembros de ETA Javier Atristain y Juan Carlos Besance sobre su entrenamiento con armas y explosivos en ese país caribeño no hayan sido obtenidos bajo torturas y coacciones. Así lo sugirió el embajador venezolano en Madrid, Isaías Rodríguez. Sus palabras motivaron la reacción del Ministerio de Asuntos Exteriores, que preguntó al diplomático qué había querido decir, y este negó después haber dicho que los dos terroristas fueron torturados para que hicieran esa confesión. Se ratificó, no obstante, en que su Gobierno tiene "dudas" de que las declaraciones de ambos etarras fueran "voluntarias".


El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se dio por satisfecho con la "corrección" hecha por el embajador venezolano y quitó hierro al asunto. En los pasillos del Senado, defendió que las declaraciones de los dos etarras del desarticulado comando Imanol ante la Guardia Civil, primero, y ante el juez, después, sobre su entrenamiento en Venezuela presentaban gran "verosimilitud". Pero negó que pueda responsabilizarse de nada al Ejecutivo de Hugo Chávez.


Matar al mensajero

Previamente, el embajador Rodríguez convocó una conferencia de prensa en la misión diplomática y dijo en una declaración leída: "La supuesta confesión bien pudo ser arrancada irregularmente, y si así fuera no tendría ningún valor probatorio". El diplomático prosiguió: "Aun siendo conscientes de que en estos casos no debe ocurrir la tortura, las amenazas contra seres queridos o bien recompensas para que se pronunciaran en la forma que lo hicieron, Venezuela tiene serias dudas de que estas declaraciones, por falsas y maliciosas de parte de quienes las emitieron, hayan sido totalmente voluntarias".


Luego, en el turno de preguntas, matizó y dijo que sus palabras eran "conjeturas, desde un punto de vista teórico, sobre que no toda confesión puede darse como válida".


Horas más tarde, la Embajada de Venezuela, y tras una llamada del departamento de Miguel Ángel Moratinos, emitió un comunicado para responsabilizar a los medios de comunicación de haber sacado de contexto las palabras de Rodríguez para "enfrentar a dos gobiernos amigos". Sobre los presuntos malos tratos, el embajador mantuvo que "nunca" han "imputado ni soborno ni tortura al Estado español", pero ratificó que el Gobierno de Caracas tiene "dudas de que esta declaración haya sido voluntaria".


El diplomático tachó además de "absurdo" que se dé más credibilidad a "unos criminales" miembros de ETA que a Venezuela, "un estado cooperante con las causas de la paz", que ha negado, por boca de Hugo Chávez, que Atristain y Besance hayan sido entrenados en su territorio.


Rubalcaba restó importancia a las palabras del embajador venezolano. "No hay ninguna declaración que permita inferir, colegir o siquiera sospechar que el Gobierno de Venezuela haya tenido nada que ver", aseguró. Lo que el Gobierno de España, en principio, ha pedido a las autoridades del país caribeño es que investigue si el presunto responsable de la organización terrorista en ese país, Arturo Cubillas, participó o no de alguna manera en las tareas de adiestramiento de los terroristas.


En su afán por rebajar posibles tensiones diplomáticas, el titular del Interior afirmó que "es verdad que la colaboración de Venezuela ha mejorado sustancialmente". Y solo después una vez hecha esta precisión, añadió: "Pedimos que se incremente de modo que podamos asegurar que a ETA le es imposible desarrollar actividades en suelo venezolano".


Las explicaciones del gobernante venezolano también fueron suficientes para la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que consideró que la respuesta de Chávez fue "muy clara" y una muestra de la voluntad de "cooperación" en la lucha contra el terrorismo. Pidió asimismo que no se especule sobre una relación de ETA y el Gobierno venezolano porque "no es el mejor mensaje" que se puede lanzar "en estos momentos".