CRISIS EN EL PP ASTURIANO

El PP frena el deseo de Cascos de acabar su carrera política como Fraga

El ex vicepresidente del Gobierno y ex ministro de Fomento no ha sido elegido como candidato popular para las elecciones autonómicas en Asturias y en su lugar lo ha sido Isabel Pérez Espinosa.

El Comité Electoral Nacional del PP ha cerrado la crisis abierta en el partido en Asturias al designar como candidata a Isabel Pérez Espinosa y no avalar la propuesta de Francisco Álvarez-Cascos, que no podrá así acabar su carrera política al frente de su comunidad autónoma a la manera de uno sus mentores políticos, Manuel Fraga.


Desde el pasado verano Álvarez-Cascos venía reiterando su "disponibilidad" a ser candidato y, con este fin, entregó un informe sobre su visión del partido en Asturias a la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, en el que planteaba la necesidad de un congreso extraordinario para renovar a la cúpula regional del PP.


Desde entonces el ex vicepresidente del Gobierno no se ha movido de sus posiciones a pesar de que el presidente regional del PP, Ovidio Sánchez, llegó a plantear a Mariano Rajoy a título personal su disposición de que fuera el cabeza de lista.


Ésta era también la postura inicial del principal bastión electoral del PP asturiano, el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, que, tras una comida en Madrid con Álvarez-Cascos, regresó a Asturias como el más firme opositor al ex ministro, que le había trasladado su criterio de defenestrar a la práctica totalidad de la cúpula regional y de las juntas locales de Gijón y Avilés.


De Lorenzo tomó entonces las riendas del rechazo a Álvarez-Cascos y propició una reunión de 35 juntas locales del PP asturiano, que representan al 80 por ciento de la militancia, para proponer a la concejala ovetense Isabel Pérez Espinosa como candidata a la espera de que Génova autorizase una reunión del Comité Electoral Regional que plantease oficialmente esta propuesta.


La guerra entre ambos se recrudeció y mientras los 'casquistas' recogían más de 7.000 firmas entre los militantes en apoyo del ex ministro, la dirección regional presentaba una denuncia en los juzgados por la supuesta sustracción de su censo de afiliados.


Rajoy hizo saber en septiembre que apostaría por Cascos si garantizaba un acuerdo de mínimos con el PP asturiano, una posibilidad que fue descartada de manera rotunda y con gruesos calificativos desde la dirección regional que no dudó en recordar que el ex ministro fue también protagonista de la crisis de 1998 cuando el único presidente popular del Principado, Sergio Marqués, acabó expulsado del partido.


El PP asturiano, al constatar el respaldo que recibía Cascos de dirigentes de ámbito nacional como Esperanza Aguirre, Alberto Núñez Feijoo o Javier Arenas, apeló también al respaldo que los populares del Principado prestaron a Rajoy en el último Congreso Nacional frente al sector que lideraba la presidenta madrileña.


En Asturias, donde Álvarez-Cascos llegó a obtener como cabeza de lista cinco de los nueve diputados en liza en las elecciones generales de 2000, su candidatura contaba con el apoyo de numerosos militantes y de un número inferior de dirigentes, diputados autonómicos (cinco de veinte) y alcaldes (diez de los doce que tiene el PP en el Principado).


Ante los ataques cada vez más duros de la cúpula regional, Cascos aseguró sentirse "perplejo" ante la "pasividad" de Génova con los ataques que recibía de un partido que un día vio en él a un nuevo Jovellanos, pero al que ni siquiera informó en 2004 de su decisión de retirarse de la política a pesar de que daban por hecho que encabezaría de nuevo la candidatura.


El ex ministro de Fomento, militante del PP madrileño tras darse de baja en Gijón calificando de "indigna" a la presidenta local, Pilar Fernández Pardo, vio al final de este proceso como Rajoy advertía de que la solución en Asturias sería "estatutaria".


Toda una declaración de intenciones ante el congreso extraordinario que Cascos reclamaba con el voto de todos los militantes al igual que se había hecho en Mallorca y a la que siguió, apenas una semana después, la decisión, ya definitiva, del Comité Electoral Nacional de no avalar su candidatura.