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El PP se desmarca de la fundación creada por Aznar ante su progresiva derechización

Rajoy prescinde del soporte ideológico de la FAES y algunos dirigentes abogan por formar una organización afín.

Las elecciones sentenciaron el divorcio entre la di- rección del PP y su fundación de referencia. La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) fue creada a imagen y semejanza de José María Aznar, pensada para defender su legado y servir de soporte ideológico al PP. Pero su sucesor, Mariano Rajoy, no se identifica con el rumbo de la organización y bebe de otras fuentes. Mientras la dirección popular viaja hacia nuevas singladuras y territorios más templados en la búsqueda de un proyecto político social y centrista, el fiel equipo de Aznar reorienta el trabajo de FAES para promocionar las ideas neoliberales, sin importarle que estén en serio declive o entrar en contradicción con el partido.


Aznar y la FAES evolucionan con un discurso ideológico a su aire. Sus directivos defienden su autonomía y señalan que su trabajo es abrir el debate mientras que el PP debe adaptar después los mensajes a sus necesidades políticas e ideológicas. Pero lo cierto es que los colaboradores de la fundación, quienes escriben en sus cuadernos, en los papeles o en los libros que edita Gota a gota son tan autónomos que no solo defienden ideas que gravitan sobre unos planteamientos políticos bien distintos sino que llegan a criticar abiertamente la política de Rajoy.


Al considerar que la fundación se encierra en sí misma y se derechiza, el PP también va a su aire, prescinde de los informes de la FAES y solo el grupo parlamentario se nutre de los debates que organiza a puerta cerrada, y que suponen la percepción de dietas por valor de 150 euros por asistente. Son los diputados -especialmente, los portavoces- los que participan de los seminarios a fin de disponer de referencias para sus intervenciones parlamentarias.


Sin embargo, Rajoy bebe en otras fuentes. El Gabinete del presidente del PP se alimenta de las propuestas de distintos asesores internos y externos, pero no puede decirse que exista una línea caliente entre Génova y la FAES. Más bien al contrario. Ha desaparecido la estrecha relación que existió en la precampaña electoral, en la que el secretario general de la fundación, Jaime García Legaz, puso toda la organización al servicio de la elaboración del programa mano a mano con el candidato.


Las fuentes consultadas admiten que todo ha cambiado desde la noche electoral. Desde aquellas 48 horas de soledad de Rajoy, en las que se vio acosado por el sector más radical de su partido, y que sus allegados identifican con las cercanías de Aznar, Esperanza Aguirre y la FAES. El divorcio se consumó a medida que Aznar divergía con descaro de las posiciones del presidente del PP, escuchaba las quejas de sus detractores y Aguirre iniciaba su ofensiva a favor de un liberalismo "sin complejos" ni "relativismo moral".


Punto de inflexión


El artículo publicado en 'El País' por el diputado José María Lasa-lle -exponente de la nueva generación que ampara Rajoy, del que es uno de sus más estrechos asesores-, en el que cuestionaba los planteamientos neoconservadores y definía su concepto del nuevo liberalismo, fue el punto de inflexión de la ruptura.


Desde la FAES reivindican su independencia de criterio y explican que su debate ideológico no tiene por qué estar sujeto a los intereses del PP y afirman que una fundación "no tiene por qué tener un programa político". "Rajoy es el que mejor entiende esto de todos los que le rodean", explica un miembro de la fundación que detecta "reticencia" y "desconfianza" en el partido.


Desde la dirección popular la hostilidad es manifiesta, así como las quejas sobre la orientación del trabajo de la FAES y la actitud de sus responsables. Los nuevos directivos del partido denuncian una parálisis e incluso el retroceso en la ideología de la organización. No son pocas las quejas por la actitud crítica que mantienen miembros del equipo del ex presidente que trabajan en la FAES.


Tanto es así, que en el PP aumenta el número de partidarios de que Rajoy tome cartas en el asunto y recuerdan que la fundación recibe financiación pública en función del porcentaje de votos del partido. Algunos creen que debe desentenderse de la FAES y crear la Fundación Popular, mientras que otros sostienen que tendría que ejercer su influencia sobre la fundación y destituir a sus responsables. Pero unos y otros saben que el líder del partido no se enfrentará a Aznar ni creará un conflicto y sospechan que seguirá distanciándose de la fundación.


"FAES ha sufrido una involución ortodoxa y parece que tiene miedo a ventilarse", opina un dirigente del PP que ve al organismo sin capacidad para abrirse a la realidad o a nuevas sensibilidades de la sociedad civil, uno de los objetivos para los que se creó.