CASO GÜRTEL

El Partido Popular defiende a Camps a ultranza

Los socialistas instan al presidente valenciano a que dé la cara y dimita "por mentir a los ciudadanos".

Mariano Rajoy guarda silencio en relación a la decisión del Tribunal Supremo de ordenar la reapertura de la causa que investiga si Francisco Camps y otros colaboradores incurrieron en un supuesto delito de cohecho impropio al aceptar regalos de una empresa relacionada con trama Gürtel. El líder del PP, no obstante, ordenó el lunes al partido defender a ultranza al actual presidente valenciano, al menos mientras no pese sobre él una imputación en firme.

Un apoyo incondicional que, contra pronóstico, se ha comenzado a resquebrajar en tierras valencianas. El presidente del PP de Alicante, José Joaquín Ripoll, comunicó el miércoles a la dirección nacional su negativa a acudir al acto de apoyo a Camps, convocado por la dirección valenciana. Ni Ripoll ni la directiva regional de los populares viajó a Valencia para arropar a su líder. Un gesto significativo que ayer intentó neutralizar el equipo de Camps. De hecho, varios alcaldes del PP de Alicante enviaron comunicados desvinculándose de la decisión de Ripoll.

Esta disparidad de opiniones ha encendido las luces de alarma en la sede nacional del PP. Esteban González-Pons, vicesecretario de Comunicación de esta formación, aseguró en una entrevista en Punto Radio que los dirigentes de su partido "no deben enredarse" en batallas internas que podría "avergonzar" a sus militantes. Además, González-Pons opinó que el hecho de que a Camps le regalen tres trajes de la firma Milano, "una tienda normalita tirando a baja", a un presidente como Camps, "no es causa suficiente para empapelarlo".

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, recordó por su parte que el propio Camps dijo el miércoles que era inocente y que se iba a defender, porque nadie se puede creer que un presidente de una comunidad autónoma se venda por tres trajes.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, aseguró que Francisco Camps es "absolutamente inocente" y que cuenta con su todo su apoyo político y personal. Según dijo, en el partido "todos" están apoyando al jefe del 'Consell', "que va a ser candidato" en las próximas autonómicas.

Ningún reproche definitivo

Por el momento, según el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, "no hay ningún tipo de reproche definitivo" de la justicia hacia el presidente valenciano, que a juicio del eurodiputado del PP y ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja es uno de los políticos en España que "desde luego no se ha enriquecido". "Todo mi afecto y mi cariño a Paco Camps. Y él, el PP en Valencia y en Madrid la dirección nacional tomarán las medidas necesarias y convenientes, pero no quiero dejar de trasladarle mi afecto y mi cariño personal", declaró al ser preguntado por la situación en la que queda Camps después de que el Tribunal Supremo haya decidido reabrir la causa abierta contra él en relación con la trama Gürtel.

El PSOE, por su parte, ha encontrado en el caso Camps una válvula de escape. Leire Pajín sostiene que el Supremo "ha demostrado" que el presidente de la Generalitat valenciana mintió y le reprocha que trate a la justicia como "un chiste" al asegurar que se siente como "un Juan sin miedo". En esta misma línea se expresó Gaspar Zarrías, secretario de Política Autonómica el PSOE, que reclamó a Mariano Rajoy que "dé la cara" y cese a Camps por "mentir a los ciudadanos". Más contundente se mostró Jorge Alarte, secretario general de los socialistas valencianos, que afirmó que el gobernante autonómico "no se vendió por cuatro trajes, sino por 30 millones de euros en contratos". El PP anunció ayer mismo que presentará una querella contra Alarte por estas declaraciones.

Existe otra cuestión que preocupa a la dirección nacional: la fijación de Camps por el adelanto electoral, una posibilidad que el presidente valenciano contempla desde hace días. Su intención, según fuentes populares, era convocar los comicios tras archivarse definitivamente el tema de los trajes. La decisión del Supremo trastocó su plan original, aunque no su decisión de someterse al juicio de las urnas. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, indicó que no sabía si el presidente de la Generalitat "convocará elecciones, pero el que debería hacerlo ya es Zapatero".