ATENTADO EN AFGANISTÁN

Investigan si detrás de los asesinatos está Al Qaeda

Solo en Badghis hay 1.500 talibanes, según el gobernador de la provincia y la Guardia Civil.

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EFE

Un equipo de expertos de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN se desplazó ayer desde Kabul a Qala-i-Naw para unirse a los agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y a la policía afgana en las investigaciones sobre el atentado que el miércoles costó la vida al capitán José María Galera Córdoba, al alférez Leoncio Bravo Picallo y al traductor Ataolah Taefik Alili.


Según mandos de la Guardia Civil, las primeras pesquisas se centran en reconstruir los pasos en estos últimos meses de Ghulam Sakhi, el conductor del jefe local de la policía que disparó con su fusil automático a las tres víctimas. El objetivo es saber si, además de los talibanes, la mano de células de Al Qaeda con base en Pakistán están detrás del ataque. Una hipótesis que, según responsables de la investigación, ha tomado fuerza después de ver la magnitud de los desórdenes públicos "perfectamente orquestados" que siguieron en las calles de Qala-i-Naw poco después del mortal atentado, cuando esa región había permanecido relativamente al margen de los desórdenes durante los últimos años.


Entre los expertos no hay duda de que el ataque fue una "acción premeditada" y, en principio, dan por buenos los dos comunicados de los talibanes, que horas después del triple homicidio reivindicaron como suyo el atentado. También creen que, como afirmaba uno de los comunicados colgados en un 'reputado' portal yihadista, Sakhi habría sido reclutado por los insurgentes hace dos meses para aprovechar que por su puesto de confianza en la policía local tenía fácil acceso a la base.


El primer nombre que ha aparecido en las investigaciones es el de uno de los líderes talibanes en Badghis, Mohamad Yusuf, quien desde el primer momento ha asumido como propio el atentado. Pero no es el único. Solo en la provincia hay cerca de 1.500 talibanes armados bajo las órdenes de seis imanes diferentes, de acuerdo con los cálculos de la Guardia Civil y del gobernador, Dilbar Jan Arman, uno de los principales defensores de la tesis de que radicales pakistaníes cercanos a Al Qaeda están detrás de los asesinatos y los disturbios.

Más infiltrados

Responsables de la misión española informaron además de que la seguridad de las tropas en Qala-i-Naw se ha reforzado, al tiempo que se están revisando los protocolos de seguridad y volviendo a estudiar todos los currículum de los agentes afganos que han pasado en los cinco últimos meses por la base para recibir adiestramiento, así como los datos de todo el personal civil local que ha tenido contacto últimamente con los españoles. El objetivo es buscar más posibles infiltrados y saber si alguno de ellos tenía una relación estrecha con el chófer terrorista.


Discriminar si Sakhi pudo tener algún cómplice se vislumbra como una tarea difícil, según mandos de la Guardia Civil. El conductor era un "tipo muy popular" dentro y fuera de la base, y las personas que tenían trato con él a diario "se cuentan por docenas", empezando por el jefe de la policía afgana en la zona.