TERRORISMO

Torpedean el silencio de Rubalcaba

Las revelaciones del exmandatario y el empeño del presidente del PSE en poner fecha al fin de ETA incomodan al ministro. El PP "confirma" que la "guerra sucia" contra los terroristas "se llevaba desde el Gobierno".

Jesús Eguiguren, en el centro, al término de una conferencia ayer en Guipúzcoa.
Torpedean el silencio de Rubalcaba
LUIS TEJIDO/EFE

La estrategia antiterrorista del Gobierno no solo tiene que hacer frente a las presiones externas. El problema más corrosivo viene de dentro. En apenas dos días, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se ha tenido que enfrentar con las declaraciones de dos elementos incontrolados del PSOE: el ex presidente del Gobierno, Felipe González, y el presidente del PSE, Jesús Eguiguren. La preocupación de los socialistas está, sin embargo, más en el roto que causa Eguiguren cada vez que habla de las posibilidades de Batasuna de concurrir a las próximas elecciones que en lo que puedan remover las palabras de González, a las que los socialistas dan menos recorrido. Y eso que, tanto desde el PP como desde el PNV, e incluso desde la llamada izquierda abertzale, se han interpretado sus palabras como la demostración de que él fue siempre la 'X' de los GAL, es decir, el responsable último del terrorismo de Estado contra ETA.


La escasa reacción en las filas socialistas a la revelación de que tuvo en sus manos la posibilidad de volar a la cúpula de la organización criminal, no lo hizo y aún tiene dudas de si acertó, fue rocosa. El secretario de Organización del partido, Marcelino Iglesias, trató de zanjar el asunto con una frase rotunda: "Cuando tuvo dudas, la respuesta que dio fue totalmente coherente con la ley". También se refirió a González como "un hombre de Estado" al que se respeta "de un modo muy especial" en el PSOE. E incluso llegó a ironizar sobre la reacción de la oposición: "Sabemos que cada vez que habla en el PSOE se ponen muy nerviosos, pero 14 años después creo que ya no debería ocurrirles", dijo.


A esto último se aferran los socialistas. La entrevista del expresidente en 'El País' apenas fue objeto de comentario entre los miembros de la dirección federal del partido, según las fuentes consultadas, pero puertas afuera lo más oído es que Felipe "se comenta solo" y que "va por libre", pero que todo el mundo lo vincula al "pasado" y que sus cometarios tienen casi carácter "histórico" y por lo tanto no "mueven conciencias". Es decir, que hoy no hay más españoles que crean que fue el responsable de los GAL de los que había ayer.


Una "metedura de pata"

Algo similar apuntó el ministro del Interior desde Bruselas. "Suelo leer las declaraciones que hace, me las leo con interés y siempre provocan el mismo tipo de reacción; a Felipe, hay gente que le odia y que, pase lo que pase y diga que le diga, le salta al cuello, y gente que le quiere, y yo estoy en estos segundos", señaló.


Con todo, incluso entre los felipistas de 'pro' hay quien admite que las revelaciones de quien fuera jefe del Gobierno durante 12 años son una "metedura de pata". Y en el entorno del propio Rubalcaba no dudan en calificar sus palabras y las de Jesús Eguiguren como "fuego amigo", aunque disculpan la falta de oportunidad porque, en su caso, la entrevista era de 'nevera' (fue realizada hace un par de meses, cuando el debate sobre la lucha antiterrorista no estaba en el punto de mira).


En cambio, el presidente del PSE sabía que provocaría el malestar del vicepresidente primero cuando se lanzó a vaticinar en la Sexta que ETA anunciará su fin en Navidad. El enfado con el dirigente vasco se quedó también, pese a todo, en agua de borrajas. Tras la reunión de la ejecutiva socialista, el secretario de Organización se limitó a apuntar, una vez más, que la visión de Eguiguren sobre el final del terrorismo es mucho más "optimista" que la que mantiene el grueso del PSOE.


Los socialistas asumen que el presidente de los socialistas vascos es un verso suelto, pero un verso suelto "útil" con una trayectoria muy valorada. De ahí que no se hable nunca de abrir expedientes disciplinarios. Lo más que hicieron tanto Iglesias como Rubalcaba fue rebatir sus palabras. El número tres del PSOE insistió en que no tiene "ninguna prisa" y que no hay diálogo con Batasuna, y el vicepresidente primero, que hace apenas una semana pidió que no se abran debates sobre esta cuestión y protestó por el exceso de declaraciones, lo despachó con un leve tirón de orejas.


"Con el señor Eguiguren coincido en algunas cosas y en otras no. Y esta que ha dicho últimamente es una con la que no coincido", concluyó.


El "máximo responsable"

El PP aprovechó ayer de nuevo las palabras de Felipe González para volver a atacar al PSOE. Si el domingo fue el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, ayer le tocó el turno a la secretaria general de los populares. María Dolores de Cospedal consideró que las declaraciones del expresidente vienen a confirmar que "la guerra sucia" contra el terrorismo "se llevaba desde el Gobierno" socialista.


Para la número dos del PP, lo revelado por González "es algo que ya estaba prácticamente en el acervo común y conocimiento de todos los españoles: ha aseverado que existió una guerra sucia, que esa guerra sucia se llevaba desde el Gobierno y que el presidente del Gobierno era el máximo responsable". "A declaración de parte, juicio resuelto", sentenció.