CONDECORADO CON LA CRUZ DEL MÉRITO MILITAR

Dolor y emoción en el funeral del cabo muerto presidido por el Príncipe

La madre del cabo Cristo Ancor Cabello, fallecido en Afganistán, sostiene la boina, la bandera que cubría el ataúd y la medalla concedida a su hijo, tras el funeral al que asistieron familiares, amigos y autoridades.
Dolor y emoción en el funeral del cabo muerto presidido por el Príncipe
EFE

Familiares, amigos y autoridades, encabezadas por el Príncipe de Asturias, han dado hoy su último adiós al soldado Cristo Ancor Cabello, muerto en atentado en Afganistán el pasado miércoles, en un funeral marcado por el dolor y la emoción celebrado en el cuartel de La Isleta de Las Palmas de Gran Canaria.


El acto por las honras fúnebres de Cabello, de 25 años, ha contado con la presencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; la ministra de Defensa, Carme Chacón; el líder del PP, Mariano Rajoy, y el presidente de Canarias, Paulino Rivero, entre otras autoridades.


La familia del cabo, en especial su madre y su abuela, han seguido la ceremonia con gran abatimiento y han recibido el apoyo psicológico de militares que les han asistido durante el funeral, que ha durado una hora.


El Príncipe Don Felipe ha impuesto a Cabello la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, una condecoración en honor a los muertos en acciones violentas en misiones como la de Afganistán.


El funeral ha tenido lugar en la base General Alemán Ramírez, en la zona militar de La Isleta, sede de la Brigada de Infantería Ligera Canarias 16, a la que pertenece el Regimiento Soria 9 en el que Cabello estaba destinado en Fuerteventura.


Durante la madrugada, quedó abierta en este cuartel la capilla ardiente del cabo grancanario, después de que se le practicara la autopsia tras llegar anoche a la base aérea de Gando (Gran Canaria) desde Afganistán en un avión militar acompañado de la ministra de Defensa, Carme Chacón.


El Príncipe, vestido con el uniforme de teniente coronel del Ejército de Tierra, ha llegado al patio de armas del acuartelamiento acompañado de Zapatero y Rivero y el resto de las numerosas autoridades civiles y militares.


Entre ellas, han estado la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; los presidentes del Senado, Javier Rojo; el del Parlamento de Canarias, Antonio Castro, y el del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez, y el alcalde de la ciudad, Jerónimo Saavedra.


Antes del comienzo de la ceremonia, Don Felipe y Zapatero se han acercado a los familiares del cabo para darles el pésame y trasladarles su afecto y solidaridad.


El féretro, cubierto por la enseña nacional, ha entrado en la explanada a paso lento portado por ocho miembros de la brigada bajo los acordes de la marcha fúnebre, que lo han colocado ante el altar y el mástil con la bandera a media asta como testigo.


La ceremonia la ha oficiado el arzobispo castrense, Juan del Río Martínez, junto con el obispo de Canarias, Francisco Cases Andreu.


Del Río ha pedido a la familia y amigos del soldado fallecido "no desfallecer" en este momento de dolor. "Esta muerte es semilla de libertad. Sed fuertes. Es el mejor homenaje que podéis rendir a vuestro hijo", les ha dicho.


El vicario general castrense ha afirmado que militares como Cabello "son un constante referente de que España es un país que sabe mirar de frente y no esquiva su mirada ante los graves problemas internacionales".


Ha alentado a no bajar los brazos para derrotar a los violentos en países como Afganistán. "O acabamos con el terrorismo o terminamos siendo esclavos de él".


Concluida la misa, Don Felipe ha impuesto a Cabello sobre su féretro la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo.


La solemnidad y la emoción contenida que han rodeado al acto se ha intensificado con el homenaje a los caídos por España y la interpretación de "La muerte no es el final", seguida de un toque de oración, salvas y el himno de infantería.


El jefe de la Brigada Ligera de Canarias XVI, general Francisco Javier Martín Alonso, ha entregado a la familia la condecoración, junto a su boina y la bandera plegada que cubría el ataúd.


La ceremonia ha concluido con el himno de España y con la retirada del féretro a hombros al son de una marcha fúnebre y seguido por dos soldados que han llevado una corona de flores.


Muy abatidos, siguieron al féretro la madre del cabo, Concepción Santana, la abuela y un hermano, así como cerca de un centenar de familiares y amigos de Cabello, natural de Las Palmas.


El cadáver ha sido trasladado al panteón militar del cementerio de San Lorenzo, donde se le dará sepultura en un acto íntimo al que sólo asistirán sus allegados.


Tras el acto, Zapatero y Rajoy se han despedido del Príncipe, que ha regresado a Madrid, mientras que el jefe del Ejecutivo se ha desplazado a la Delegación del Gobierno para presidir la reunión del Consejo de Ministros, que hoy se celebra en Canarias para aprobar un plan especial para reactivar la economía del archipiélago.


En la homilía, el arzobispo castrense ha tenido palabras de recuerdo para los cinco heridos del atentado en Herat, entre ellos, el soldado colombiano Júver Muñoz, que llegó ayer en el mismo avión que el féretro y que ha sido ingresado en el Hospital Insular de la capital grancanaria.