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De Cospedal pide "perdón" a los militantes del PP, pero el malestar continúa

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha pedido perdón a los militantes del partido por el comportamiento del hasta ayer militante Ricardo Costa, pero las voces de malestar, hoy quizá más tímidas, continúan en el seno de la formación, como la del hermano de Ricardo, Juan Costa.


El diputado por Castellón, el único que en la víspera del último congreso nacional del PP tanteó en serio la posibilidad de apartar a Mariano Rajoy de la Presidencia, ha abogado por abrir un proceso de reflexión entre los populares habida cuenta de los síntomas de debilidad del liderazgo de quien ganó ese congreso, el propio Rajoy.


"Los liderazgos fuertes son fuertes con todo el mundo y no sólo con los más débiles", ha afirmado Juan en clara alusión a la suspensión de militancia de su hermano Ricardo, decidida ayer de modo fulminante por el líder del PP y su número dos, María Dolores De Cospedal.


Precisamente la secretaria general de la organización, casi a la misma hora que Juan Costa, ha pedido "perdón" a los militantes por la actitud "impropia" de quien fuera su homólogo en el PP de la Comunidad Valenciana, sobre todo por haberse considerado ayer todavía secretario regional. Para De Cospedal, eso, en su partido, no debe hacerse.


Como, a su entender, tampoco debe hacerse lo que el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, hizo en el diario "El País". Para la número dos del PP, sus declaraciones en la entrevista a este medio son "inaceptables".


El brazo derecho de Alberto Ruiz-Gallardón en el consistorio madrileño criticó duramente a la presidenta autonómica, Esperanza Aguirre, y a algunos de los más renombrados consejeros de su Gobierno, así como a la gestión.


El Comité de Derechos y Garantías, un órgano habitualmente fuera de foco, aunque ahora cegado por las urgencias de la situación que vive el PP, se dispone a sancionar a Cobo debido a estas declaraciones "inaceptables", pero habrá que esperar a que se reúna con el afectado el miércoles que viene.


Todo lo que se diga que se le va a hacer a Cobo no son más que "especulaciones", aclaran fuentes de la dirección del PP, pero lo cierto es que en gran parte de la organización el malestar por lo que dijo el número dos de Gallardón es patente.


Un malestar casi tan plausible como el que ha levantado lo que muchos consideran un agravio comparativo: a Costa se le aparta de la militancia y a Cobo ya se verá.


De Cospedal ha afirmado que "son distintas" las palabras de uno y de otro, aunque ha reconocido que las de Costa resultan "más graves".


Juan Costa, en este sentido, ha afirmado que a Ricardo "no se le ha tratado de una manera justa".


El estupor en los dirigentes del PP ha sido hoy más tímido que ayer. Quizá haya tenido algo que ver la advertencia de Rajoy en Cartagena: hablará claro ante la Ejecutiva del partido el martes que viene.


Si ayer protestaron Juan Vicente Herrera, Manuel Pizarro, José María Aznar, Juan Costa o Ramón Luis Valcárcel -éste sobre la gestión de su homólogo valenciano, Francisco Camps-, hoy las quejas han sido más taimadas, y en esta línea, la Junta de Castilla y León ha apostado por la "prudencia" para evitar polémicas diarias.


Incluso entre los miembros del PP en Madrid las declaraciones no han resultado altisonantes: el vicepresidente Ignacio González ha negado enfrentamientos y la presidenta del Comité de Derechos y Garantías en la comunidad autónoma, Cristina Cifuentes, ha destacado la unidad de la formación.


También se han dado muestras de adhesión. Uno de los dirigentes del PP sobre los que se ciernen todas las miradas, el presidente del Comité nacional de Derechos y Garantías, Alfonso Fernández Mañueco, ha subrayado que la estabilidad del partido está en manos de Rajoy.


Y el número dos del grupo popular en el Congreso, José Luis Ayllón, ha dejado claro que si hay un líder "dentro y fuera del PP", ése es Rajoy.


Mientras, en Valencia, la presión sobre Camps para que haga cambios en su Gobierno no se da un respiro.