TRÁFICO

Conductores apuntados a la vida

Conductores apuntados a la vida
Conductores apuntados a la vida
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Uno de julio. Se cumplen tres años de la implantación del nuevo carné de conducir y dos millones de conductores han perdido alguno de los casi ocho millones de puntos que ya se han descontado. Otro medio millón dispone solo de la mitad del saldo, y 24.000 ya se han quedado sin permiso y han debido, o deben, asistir a clases de recuperación y superar un examen. Pero la medida ha significado una reducción de 50 víctimas mortales cada mes, según la Dirección General de Tráfico, y alrededor de 20 millones de 'buenos' conductores tendrán dos puntos más a partir de hoy.

 

Las estadísticas del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil de la Universidad Politécnica de Madrid apuntan que la reducción de víctimas mortales en estos tres años se sitúa en porcentajes comprendidos entre un 12 y un 13,9%, según se refleja en la revista 'Seguridad vial' de la DGT. En 2008 se produjeron 1.929 accidentes mortales en los que fallecieron 2.181 personas, lo que supone 560 muertos menos que en el año anterior, en el que tuvieron lugar 2.415 siniestros mortales con 2.741 fallecimientos. Un descenso significativo, pero aún hay más. En 2006, el primer año del carné por puntos, se contabilizaron 2.626 accidentes mortales en las carreteras españolas, en los que murieron 3.015 personas. "El histórico carné de conducir por puntos evita muertes". Así de contundente se muestra el fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas.

Estadísticas "erróneas"

Una aseveración sobre la que Juan José Alba, del Centro de Investigación del Tráfico de la Universidad de Zaragoza, tiene una matización que hacer. A su juicio, y sin obviar el hecho de que es cierto que se han salvado cientos de vidas en estos tres años, las estadísticas "son erróneas". "La DGT solo hace referencia a los accidentes en los que se producen decesos, pero no contabiliza aquellos en los que el coche queda completamente destrozado, pero no muere nadie. Y es que los vehículos son cada vez más seguros, pero el número de siniestros no desciende", asegura.

 

El subsecretario del Interior responsable de seguridad vial, Justo Zambrano, contraataca. "España, en estos momentos, tiene los accidentes que tenía en el año 1964. Entonces había menos de tres millones de vehículos. Ahora hay 30 millones. Con eso estamos dando una información que es posiblemente la más indicativa del esfuerzo realizado", indica.

 

Pero lo cierto es que raro es el día en que los medios de comunicación no anuncian un fatídico desenlace a lo que comenzó como un desplazamiento normal y corriente. ¿Sabemos conducir los españoles? "La normativa no toca lo esencial, que es la capacitación del conductor para evitar accidentes", dice Juan José Alba. Cuando un alumno se inscribe en una autoescuela para aprender a conducir no se le forma para que sepa asumir situaciones de riesgo, explica. Una situación errónea que, asegura este experto, no se solventa con el tiempo. "A los conductores simplemente se les asusta para que cumplan las normas. Que sepan que si hacen algo mal se les va a castigar", denuncia.

El castigo, como todo el mundo sabe ya, consiste en ir reduciendo puntos de un carné provisto inicialmente de 12 (ocho en el caso de los conductores noveles) dependiendo del tipo de infracción cometida, junto con sanciones económicas de diversa cuantía e, incluso, penas de cárcel en casos muy concretos.

 

A día de hoy, cerca de medio millón de conductores han recibido una carta de la DGT en la que se les avisa de que su saldo de puntos se ha reducido a la mitad. Otros 24.000 conductores se han quedado ya sin saldo y, por ende, sin permiso para conducir. Unos y otros solo tienen una manera de recuperar puntos, y es acudir a cursos de sensibilización y reeducación, de los que se han impartido ya 3.302 en toda España y en los que han participado 24.900 conductores.

Actitudes chulescas

Como explica Luis Mazón, director de cursos de este tipo en Zaragoza, la radiografía de la gente que llega a las aulas porque se ha quedado sin carné suele ser "joven, con apenas un par de años de permiso", y con la clásica actitud chulesca que les hace pensar que están por encima del bien y del mal. "Están convencidos de que la Policía va a por ellos", asegura Mazón.

 

En cuanto a los alumnos que solo quieren recuperar algún punto perdido, hay de todo. "Gente de mediana edad a la que se le pilló al salir de una cena con un vino de más, o que tuvo un exceso de velocidad no demasiado alto", cuenta. Imposible conseguir declaraciones de alumnos de uno u otro curso. "Aquí vienen conductores de autobús cuyos jefes no saben que se han quedado sin carné, o personas cuyas parejas ignoran las multas y sanciones que les han caído", asegura Mazón.

 

La diferencia entre estos cursos y los que se hacen para sacar el carné por primera vez es clara, a juicio del director. "En las autoescuelas se les indica lo que no se debe hacer. Aquí se les explica, y se les intenta hacer entender, que si hacen esto, pasa esto otro", dice.

"Hay gente que llega a los cursos muy enfadada", apostilla Isabel Bueso, una de las psicólogas que dan charlas sobre sensibilización vial durante estos cursos. Cuenta que algunos son conscientes de que han hecho algo punible, pero otros no aceptan su responsabilidad en los hechos y que, además, "ni siquiera son conscientes de haber hecho algo mal". Durante sus charlas intenta trabajar en la agresividad al volante. "Vivimos en una sociedad que siempre tiene prisa, y eso se nota en nuestra conducta cuando conducimos", razona.

 

Lo cierto es que el comportamiento de la mayoría ha sido impecable en estos tres años. De 23 millones de conductores, 21 van a recibir dos puntos por no haber perdido ni uno solo. "Es un premio para la mayoría", concluye Mazón.