DEFENSA

Chacón plantea enviar un nuevo batallón electoral a Afganistán la próxima primavera

La ministra de Defensa, Carme Chacón, dejó la puerta abierta al envío de un nuevo batallón electoral a Afganistán en la próxima primavera. Se trataría de una unidad de apoyo temporal para garantizar la celebración de las elecciones legislativas y locales.


Chacón informó de sus planes al Congreso el mismo día en el que la Cámara Baja dio el visto bueno para reforzar ahora el contingente estable con 220 soldados más.


La función del Grupo Táctico de Apoyo sería similar a la que en la actualidad lleva a cabo el batallón electoral desplegado para las elecciones presidenciales: dar apoyo a las fuerzas de seguridad afganas y garantizar la protección de los funcionarios encargados de las votaciones. Las tropas se localizarían en la base de Qala-i-Naw, en la provincia de Badghis, donde más ha crecido la inseguridad.


"Es muy probable que España sea de nuevo requerida para prestar apoyo en materia de seguridad" durante las elecciones legislativas y locales de primavera y verano de 2010, comunicó Chacón a los diputados que forman parte de la Comisión de Defensa.


El pasado mes de junio, el Congreso ya aprobó el envío temporal de 450 militares para dar seguridad a las presidenciales afganas.


La finalidad es que permanezcan hasta que se inicie el nuevo mandato presidencial, previsiblemente en la tercera semana de octubre si al final no es necesaria una segunda vuelta en el proceso electoral. Este contingente se encuentra en las bases de Herat y Qala-i-Naw.


Ninguno de los representantes de los diferentes grupos parlamentarios cuestionaron el anuncio que formuló la ministra de Defensa y se centraron en generalidades de la misión afgana, las "más dura, arriesgada y compleja" en 20 años de operativos en el exterior, según afirmó Chacón.

Regreso

Con la aprobación de este miércoles por el Congreso del envío de 220 soldados, las Fuerzas Armadas contarán con un contingente estable de 1.000 efectivos. Ésta es la sexta modificación desde que España desplegó sus primeras tropas bajo el paraguas de la OTAN, en enero de 2002 con el Gobierno del PP.


Chacón justificó la ampliación por cuatro motivos: el incremento de la actividad de la insurgencia, la necesidad de apoyar a la policía y al Ejército local, revitalizar el denominado 'proceso de afganización' (fortalecer las instituciones del país y dar autonomía a las fuerzas de seguridad) y garantizar la seguridad del equipo de reconstrucción de Qala-i-Naw.


"Vamos más (militares) para acabar antes nuestra tarea de desarrollo, reconstrucción y formación de la policía, es decir, vamos más para regresar antes", justificó la ministra, que, sin embargo, no quiso poner fecha tope de salida del avispero afgano: "La misión acabará cuando los afganos alcancen un nivel institucional estable", comentó.


El debate político estuvo salpicado por las duras críticas de algunos grupos de la oposición, de manera particular del diputado de IU Gaspar Llamazares, cuyo grupo votó en contra de este nuevo despliegue. Llamazares tildó la ampliación de "huida hacia delante inaceptable" y pidió al Gobierno que abra un debate y diga cuándo volverán las tropas a casa. Alemania ya ha dicho que en unos cinco años.


El resto de partidos - PP, PNV, CIU y el grupo mixto- solicitaron un debate en profundidad sobre la misión y exigieron más información habida cuenta del "alto riesgo" que sufren nuestros soldados. Una vez más, volvieron a recordarle al Gobierno que "estamos allí en guerra" y no en mantenimiento de la paz. Un rifirrafe dialéctico en el que no quiso entrar Chacón.