INMIGRACIÓN

Brasil endurece los controles migratorios con España

Un total de trece españoles han sido enviados de regreso desde aeropuertos brasileños en los últimos cuatro días. Entre ellos siete empresarios y una turista han denunciado que la Policía brasileña que les impidió traspasar la frontera cuando aterrizaron en Río de Janeiro y les echó con cajas destempladas.

Los turistas españoles tienen, desde hace una semana, más problemas para entrar en Brasil. A pesar de que las autoridades brasileñas niegan la "crisis" migratoria con España, el ministro de Justicia brasileño asegura que "cada país aplica soberanamente su legislación". En caso es que Brasil mira ahora con lupa a quienes entran con pasaporte español "para que se sienta que de este lado también hay leyes".

 

En menos de cinco días, un total de trece españoles han sido enviados de regreso desde aeropuertos brasileños, entre ellos siete empresarios que han denunciado a la Policía brasileña por impedirles traspasar la frontera y echarlos del país con cajas destempladas. "No nos dejaron hablar, nos sacaron del país sin dejar que nos explicásemos y en Iberia nos comentaron que era mejor dejar las cosas como están", explican los afectados.

 

La dureza inmigratoria que Brasil está imponiendo a los españoles parecen ser consecuencia de los impedimentos que se ponen dese España a la entrada de ciudadanos brasileños que no cumplen los requisitos necesarios para entrar en la Unión Europea.

 

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación aseguró que las autoridades españolas se limitan a "aplicar la normativa" del espacio Schengen --área de libre circulación de personas que conforman la mayoría de Estados miembros de la UE-- con aquellos ciudadanos brasileños que llegan a los aeropuertos de este país. 

El malestar del gobierno brasileño, reflejado en la prensa y en sectores políticos, se desencadenó la semana pasada, cuando a una treintena de ciudadanos de este país se les impidió entrar a España porque, según las autoridades, no cumplían los requisitos necesarios para ingresar a la Unión Europea (UE).

 

El ministro de Justicia brasileño, Tarso Genro, rechazó que haya una "crisis" con España por problemas migratorios, mientras que algunos sectores políticos endurecieron el discurso y acusaron al gobierno español de "abusos inaceptables". "No hay ninguna crisis y son relaciones que tienden a adaptarse", declaró Genro a los periodistas en relación a las recientes quejas del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva por los numerosos casos de brasileños rechazados en el aeropuerto madrileño de Barajas.


Genro comentó los casos de trece españoles que, en los últimos cuatro días, han sido enviados de regreso desde aeropuertos brasileños y dijo que "cada país aplica soberanamente su legislación", que en el caso de Brasil ahora es "mirada con lupa, para que se sienta que de este lado también hay leyes".


El embajador de España en Brasil, Ricardo Peidró, se reunió la semana pasada con el viceministro de Relaciones Exteriores, Samuel Pinheiro, a quien le aclaró la situación, pero Brasil ha endurecido sus controles migratorios, lo que redundó en la no admisión de trece turistas españoles que no tenían pasajes de regreso.


Peidró ha sido invitado por el Congreso para discutir el asunto y casi en vísperas de la audiencia, prevista para el miércoles, el presidente de la Cámara de Diputados, Arnildo Chinaglia, criticó en duros términos a las autoridades migratorias españolas.

"Como como en la época del descubrimiento"

España "se comporta como en la época del descubrimiento, cuando destruía culturas", declaró el parlamentario del socialista Partido de los Trabajadores (PT), que lidera el presidente Lula da Silva. Chinaglia se hizo eco de denuncias de algunos de los brasileños deportados, que han asegurado que pasaron horas en salas de espera del aeropuerto de Barajas, en las que no podían comunicarse con nadie, ni tenían agua o comida. "Eso es un abuso inaceptable", sostuvo Chinaglia, quien atribuyó lo que calificó de "ola de expulsiones de brasileños" al "momento electoral" que vivía España, ante los comicios del pasado domingo.


Chinaglia dijo que no se puede vaticinar si los controles serán menos rigurosos pasadas las elecciones, porque "hasta era el propio (presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez) Zapatero quien estaba gobernando y seguirá ahora", tras su triunfo electoral.


Afirmó que "desde el punto de vista político-ideológico, y hasta que se pruebe lo contrario, los partidos socialistas y los sectores progresistas de la sociedad deben tener una visión más humanista" y aclaró que decía "deben tener" porque "ahora, en el caso de España, depende de que eso se confirme".


La semana pasada, el embajador español explicó que su país es el destino de unos 250.000 turistas brasileños cada año y que la tasa de no admitidos no pasa del 1 por ciento anual. El diplomático aclaró además que las normas que rigen para el ingreso a España son las del acuerdo de Schengen, que regula la entrada de ciudadanos extra-comunitarios a los países de la UE.

 

Detenidos por falsificar documentos de extrajeros, sobre todo de brasileños


El problema en España parece ser el número de irregulares que entran por Barajas desde Brasil. La Policía Nacional ha detenido este martes a cuatro personas en Barcelona que se dedicaban a falsificar documentos de identidad portugueses e italianos, además de permisos de conducir, lo que ha permitido desarticular una red que tenía ramificaciones en Gran Bretaña y en varias provincias españolas.


La Dirección General de la Policía y la Guardia Civil ha informado, en un comunicado, que los detenidos, de nacionalidad brasileña, tenían en su poder numerosos documentos y permisos de conducir portugueses falsificados, así como ordenadores portátiles y útiles que se hacen servir para realizar las falsificaciones, entre otros objetos.


La banda facilitaba a las personas interesadas un documento falso a cambio de 420 euros, con el que podían buscar trabajo en España haciéndose pasar por ciudadano comunitario. La mayoría de las personas que recurrían a la banda para conseguir documentos falsos eran ciudadanos brasileños que acababan de llegar a España y necesitaban acceder lo antes posible a un empleo, para lo que se hacían pasar por portugueses.


En alguna ocasión las personas interesadas en conseguir documentación falsa se habían puesto en contacto con los proveedores a través de Internet.


Los detenidos son Marcos F.L. y Ellen C.B., que utilizaban documentación portuguesa a nombre de otras personas, así como Nilton L.O. y Divino C., que usaba identidad falsa italiana. Coordinada por la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsificación Central, la operación ha contado con la colaboración de las brigadas de extranjería de Barcelona, Lugo y Santander.