El PP arrebata a Revilla la presidencia de Cantabria

Los populares suman mayoría absoluta con Vox y el PRC se hunde y se convierte en tercera fuerza, por detrás del PSOE, socio de Gobierno.

Miguel Ángel Revilla hace valoraciones del resultado electoral
Miguel Ángel Revilla hace valoraciones del resultado electoral
Pedro Puente Hoyos

El efecto Miguel Ángel Revilla se desvanece y el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), tras la histórica victoria alcanzada cuatro años atrás en un feudo tradicionalmente de derechas, no solo no gana, sino que obtiene los peores resultados de la última década y se convierte en tercera fuerza. El octogenario presidente no podrá aspirar, por tanto, a su quinto mandato al frente del Gobierno cántabro.

El PP, en esta ocasión con María José Sáenz de Buruaga ya consolidada como líder, vence con contundencia las elecciones y podrá gobernar con Vox tras la debacle del PRC. Los populares vuelven a ser el partido dominante en Cantabria y recupera la hegemonía histórica que hace cuatro años el PRC le arrebató. Con los 15 diputados obtenidos, uno más que los regionalistas en 2019, el PP deja atrás el mal resultado de los anteriores comicios, cuando solo consiguió nueve escaños.

La caída de Miguel Ángel Revilla ha sido más abrupta de lo que vaticinaban algunas encuestas. Y, desde luego, muy lejos de esa victoria que él mismo predecía en la mañana de ayer, cuando acudió a votar en su colegio electoral de El Astillero, su localidad de residencia. El regionalismo no consigue taponar la herida de votos y se ve superado por su socio de Gobierno, el PSOE. El PRC retrocede, así, varias legislaturas y vuelve a convertirse en la tercera fuerza de la región con solo ocho escaños, igual que que los de Pablo Zuloaga. Los socialistas pasan de siete a ocho diputados. La suma entre ambos no es suficiente y el bipartito no podrá reeditarse, según los datos del último escrutinio.

El otro vencedor en estas elecciones es Vox, que rentabiliza su crecimiento en los municipios (de 11 candidaturas en 2019 ha pasado a 40) y logra duplicar su representación en el hemiciclo cántabro al alzarse con cuatro representantes.

La entrada o no de Podemos al Parlamento era una de las grandes incógnitas electorales, ya que sus dos diputados (el mínimo para sentarse en la Cámara) serían claves para la formación del próximo Ejecutivo regional. Pese a su alianza con Izquierda Unida, el último recuento no le da el 5% de votos necesarios para regresar al hemiciclo y se queda por segunda vez consecutiva fuera de la escena política. Tampoco Ciudadanos ha conseguido el milagro que le hacía falta para repetir presencia en el hemiciclo y, tras dos legislaturas consecutivas con representación, su grupo parlamentario echará el cierre.

"Una mala noche"

El veterano presidente de Cantabria, que fundó su partido hace más de cuatro décadas, dio la cara al filo de las 11 de la noche, cuando ya su clara derrota era más que evidente. No ocultó su decepción y habló sin tapujos de "una mala noche", aunque en esta ocasión sí reconoció que, pese a que en el momento de votar dijo lo contrario, él ya contaba con obtener unos malos resultados, aunque probablemente no tanto como para casi quedarse a la mitad de los 14 que consiguió hace cuatro años.

"Yo ya lo intuía hace tiempo, aunque a veces un político tiene que autoconvencerse de lo que no está convencido y animar a sus compañeros", admitió el mediático político, que hizo un símil marinero. "Yo sabía que hay ahora una marea, y las mareas son imparables y bastantes parecidas en los lugares", concluyó.

Además de esa marea popular que ha teñido de azul la mayoría de territorios de España, detrás de esta derrota del PRC puede estar también el escándalo de corrupción protagonizado por un alto funcionario, que adjudicó a dedo contratos de conservación de carreteras a cambio de suculentas sumas de dinero, pese a que se llevó por delante la cabeza del consejero de Obras Públicas.

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