De los aplausos del PP a la "tristeza" de Irene Montero: la gota del sí es sí no rompe la coalición de Gobierno pero aviva las dudas

Con la aprobación a la reforma socialista de la ley estrella del Ministerio de Igualdad se consuma tanto uno de los enfrentamientos más sonoros entre PSOE y Podemos de la legislatura.

Las ministras Montero y Belarra abandonando el Congreso
Las ministras Montero y Belarra abandonando el Congreso
Efe

Ocurrió lo que se esperaba. No hubo acuerdo de última hora entre los socios del Gobierno para votar unidos la reforma de la ley del sólo sí es sí, y esa modificación superó el trámite del Congreso gracias al apoyo del PP a la propuesta socialista.

Se consumó por tanto uno de los enfrentamientos más sonoros entre PSOE y Podemos de la legislatura y con la ministra de Igualdad, Irene Montero, subida a la tribuna del hemiciclo afirmando que estaba viviendo su día más difícil en el Parlamento y cargando contra los socialistas por haber eludido el pacto con su partido y por sacar la propuesta de la mano de los populares. "Hoy es un día un triste", ha subrayado.

La ministras Ione Belarra e Irene Montero, serias en su escaño
La ministras Ione Belarra e Irene Montero, serias en su escaño
Efe

Ese ruido interno, ese exceso de decibelios al que ha hecho referencia en diversas ocasiones el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para lamentar que empañe la buena gestión de su coalición, ha tenido por tanto en esta jornada una de sus máximas expresiones.

Siempre se ha echado mano de argumentario en Moncloa para justificar los roces por las diferencias lógicas entre dos partidos distintos y por la falta de costumbre ante la existencia de un Ejecutivo de coalición, y siempre se ha descartado la posibilidad de que rompan los socios. Al menos, que Sánchez no iba a propiciar su salida.

Irene Montero: "Hoy es un día un triste".

Un socio ocasional

Los mensajes que se han ido lanzando desde Podemos han ido en la misma dirección aunque en ocasiones con menos rotundidad a la hora de despejar dudas sobre una ruptura.

Y esas dudas han sido avivadas por el cierre de este capítulo de la reforma de la ley del sólo sí es sí y con el agravante de que el PP se ha colado por medio convirtiéndose en el socio ocasional de Sánchez.

Los diputados del PP, de pie, aplaudiendo en el Congreso
Los diputados del PP, de pie, aplaudiendo en el Congreso
Efe

La imagen de los diputados populares puestos en pie aplaudiendo la aprobación de la reforma no ha sido plato de buen gusto para el PSOE, que ha querido dejar patente su distanciamiento con el PP asegurando, como ha dicho su portavoz en el Congreso, Patxi López, que al partido de Alberto Núñez Feijóo no le importa la ley y sólo ha apoyado la reforma para hacer una "escenografía barata".De lo que no se arrepienten es de que esa reforma salga adelante porque insisten una y otra vez que es lo que había que hacer.

Con la inclusión en su agenda de una visita al Parque Nacional de Doñana en medio de la polémica por los regadíos, ha evitado el presidente del Gobierno estar presente en el hemiciclo cuando se ha hecho patente esa suma de votos con los populares.

Ni siquiera ha votado de forma telemática, como tampoco lo hizo cuando se votó en el Congreso la toma en consideración del texto.

Yolanda Díaz este jueves en el Congreso
Yolanda Díaz este jueves en el Congreso
Efe

Sin Sánchez pero con Yolanda Díaz

Quien sí ha estado presente en el debate aunque no en la votación tras haber emitido su voto telemáticamente porque acababa de regresar de un viaje oficial a Nueva York, ha sido la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

Ha querido evitar de esta forma las suspicacias y mostrar su apoyo a Montero en pleno cruce de acusaciones con los dirigentes de Podemos tras el impulso de su proyecto para las elecciones generales, Sumar.

Una escenificación de unidad en la parte no socialista del Gobierno a la que se han sumado igualmente con sus votos los ministros Ione Belarra y Alberto Garzón.

Pero esa unidad ha sido imposible entre los socios de coalición a poco más de un mes para las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.

A día de hoy, se insiste en Moncloa en que no hay que dramatizar lo ocurrido, no ven signos en Podemos que induzcan a pensar en que vayan a abandonar el Gobierno y enmarcan lo sucedido precisamente en ese contexto electoral.

Superado el 28M tienen confianza en que la formación morada rebaje el tono, pero los resultados de esos comicios y el hecho de que se vaya a entrar de forma inmediata en una larga precampaña para las elecciones generales de diciembre, dan pábulo a que lo que pueda ocurrir sea justo lo contrario, una continuidad o una acentuación de las discrepancias. La duda es si puede llegarse incluso a la ruptura. 

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