El acusado de presuntos abusos a menores en Vic (Barcelona): "Siempre los he tratado como a mis hijos"

El acusado ha negado haber recibido ninguna queja por su forma de comportarse con los alumnos.

El acusado de presuntos abusos a menores en Vic (Barcelona): "Siempre los he tratado como a mis hijos"
El acusado de presuntos abusos a menores en Vic (Barcelona): "Siempre los he tratado como a mis hijos"

El profesor voluntario de un centro de culto islámico de Vic (Barcelona) acusado de presuntos abusos sexuales a siete niños y niñas de entre 6 y 10 años en 2016 ha negado los hechos ante el juez, y ha asegurado: "Siempre los he tratado como a mis hijos".

Así lo ha dicho durante su declaración en la segunda y última sesión del juicio ante la Sección 5 de la Audiencia de Barcelona, en la que solo ha respondido a preguntas de su abogado.

El acusado ha negado haber recibido ninguna queja por su forma de comportarse con los alumnos, y ha añadido: "Incluso cuando me los encontraba por la calle venían corriendo los niños para saludarme y me abrazaban delante de sus padres. Me trataban como a un tío".

Según el escrito de acusación, el hombre impartía clases a los niños y, durante abril de 2016, presuntamente abusó de ellos buscando el contacto físico, dándoles besos en la boca y haciéndoles "tocamientos innecesarios de carácter sexual por encima de la ropa".

Al ser preguntado por si había besado en la boca a las víctimas o si había sentido satisfacción sexual por tener a niños en su regazo, lo ha negado, y ha asegurado que él "actuaba normal y corriente" y que no sabía que lo que hacía era un delito.

Durante el juicio le han enseñado las grabaciones de las cámaras de seguridad de la clase y, al cuestionarle por qué las había intentado tapar, ha respondido que "los niños se quejaban de que estaban incómodos por las cámaras y tampoco aún no se había decidido con los otros profesores si poner cámaras o no".

Problemas en la mezquita

Ha explicado que él tuvo problemas con la junta directiva de la mezquita porque, años atrás, el hijo del actual presidente del centro cobró unos 20.000 euros por un trabajo allí, mientras que los otros empleados trabajaron gratis: "Yo discutí por este tema y allí empezaron todos los problemas".

El acusado también ha lamentado que algunos padres sufrieron presión por parte de la dirección del centro islámico cuando salieron las acusaciones, y que algunos progenitores lo denunciaron sin haber visto los vídeos: "Todo esto es un montaje político".

Incontinencia urinaria

El acusado también ha manifestado que tenía problemas de incontinencia urinaria desde 2014, y que los estuvo tratando con remedios caseros con hierbas hasta que se agravaron y su mujer le "obligó a ir al médico y a empezar un tratamiento".

Por este motivo, "varias veces" se veía obligado a abandonar la clase y se ponía papel en el interior de los pantalones para protegerse y que no se le manchara la ropa.

Periciales

Durante las pruebas periciales ha declarado un urólogo que, en febrero de 2017, atendió al acusado, y ha explicado que le detectó disfunción eréctil y que le recetó medicamentos, aunque no le consta en sus informes que tuviera incontinencia urinaria.

Además, tres psicólogas que trataron a los menores han explicado ante el juez que "es habitual que personas que han vivido abusos sexuales les cueste abordar el tema", y que al ser tan pequeños no presentaron sintomatología clínica hasta que no fueron conscientes de los hechos.

Una de ellas ha asegurado que un menor le dijo que el acusado le daba "abrazos raros que duraban demasiado", y que otro le expresó que no le gustaba lo que le hacía el hombre, que no se sentía bien y que quería escapar de esta situación, en sus palabras.

"Tenían miedo a posibles represalias y a decírselo a sus padres por si el señor les hacía algo", ha detallado una tercera psicóloga, y ha explicado textualmente que los niños no entendían que sentarse encima del acusado podía tener alguna connotación sexual.

Acusación rebaja 3 meses de prisión

Al principio del juicio, Fiscalía y acusación particular pedían 42 años y 9 meses de prisión por siete delitos de abuso sexual y por un delito de exhibicionismo -ya que en una ocasión el acusado presuntamente se tocó los genitales delante de los alumnos-.

En el turno de conclusiones finales, la acusación particular ha rebajado su pena a 42 años y 6 meses, mientras que la fiscal ha mantenido su pena inicial.

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