Rodríguez Menéndez: "No recibí ni una peseta de supuestos estafados, al revés"

Se le acusa de ofrecer un negocio falso de compraventa de petróleo.

A juicio el abogado Rodríguez Menéndez acusado de estafar a inversores con un falso negocio de petróleo
A juicio el abogado Rodríguez Menéndez acusado de estafar a inversores con un falso negocio de petróleo.

El abogado Emilio Rodríguez Menéndez ha asegurado en el juicio por una presunta estafa a cuatro personas en una operación de compraventa de petróleo que él no recibió "ni una sola peseta de esos señores", sino que fue "al revés", y ha negado que ejerciera como su abogado porque entonces él estaba suspendido.

Por su parte, los denunciantes han mantenido que el famoso abogado, del que desconocían que estaba inhabilitado, les engañó en 2014: le dieron más de 112.000 euros -según la cifra total explicada al final del juicio-, en mano y sin justificantes, pero ni llevó a cabo el negocio ni les devolvió el dinero.

La Audiencia Provincial de Madrid ha dejado visto para sentencia este martes el juicio al famoso letrado, que está acusado de ofrecer un negocio falso de compraventa y suministro de petróleo en Argentina mediante la empresa YPF. La Fiscalía mantiene que sea condenado a cuatro años de prisión y a que indemnice a las cuatro víctimas con más de 100.000 euros.

El juicio se ha celebrado tras tres aplazamientos previos y Rodríguez Menéndez ha vestido la toga de letrado. Una vez finalizada su declaración, el acusado ha solicitado a la Sala ejercer como abogado para preguntar a los testigos, pero el presidente del tribunal lo ha denegado porque no lo había solicitado antes.

Al inicio del juicio el presidente de la Sala, Jacobo Vigil, se ha dado cuenta de que había participado, en la fase de instrucción del proceso, en la redacción de un auto que rechazó un recurso de la defensa de Rodríguez Menéndez en el que esta parte pedía que la causa se juzgara en Argentina. Por eso ha sido sustituido por el juez Ricardo Rodríguez Fernández.

El procesado ha declarado enérgicamente defendiendo su inocencia, y ha pedido en varias ocasiones a los intervinientes que hablasen en voz más alta porque no oye bien. En su última palabra ha lamentado que no le hayan dejado defenderse y ha sostenido que él no recibió dinero de los denunciantes, sino que ellos son los que "han robado".

Durante su declaración ha reiterado que él no recibió "ni una sola peseta de esos señores", "jamás", sino que fue "al revés". "Se han aprovechado ellos de mí", ha sostenido.

También ha dicho que él no fue su abogado ni su representante legal, ya que cuando les conoció llevaba 12 años viviendo en Argentina y había sido suspendido como letrado en España, lo que era "público".

Ha relatado que él invitó en 2014 a la inauguración de su despacho en Madrid a la mujer de un amigo que había fallecido y allí el hijo de ésta le preguntó si él podría asesorarle para emprender un negocio en Argentina, pero él no llegó a hacerlo, ya que ni podía ni era una idea viable.

Y ha reiterado que los denunciantes "no tenían solvencia de ninguna clase".

Por su parte, los denunciantes han coincidido en que el acusado fue el que les propuso ser su representante legal para realizar un negocio rentable en Argentina, debido a la amistad que tenía con el padre de uno de ellos, y ya que él conocía a la presidenta de aquel país.

Se fiaron de él por esa amistad, sin saber que estaba inhabilitado como abogado, hasta que comenzaron a sospechar porque no les daba recibos ni veían avanzar el negocio.

Los cuatro afectados han precisado que Rodríguez Menéndez les pedía entregar el dinero en persona y en efectivo, primero para constituir una sociedad y luego para agilizar los trámites. Cuando comenzaron a denunciarle, él les respondió con denuncias y querellas.

Esta versión ha sido respaldada por algunos testigos que trabajaban en el despacho de Rodríguez Menéndez, que han dicho que vieron allí a los denunciantes, que su entonces jefe tenía un sello falso de YPF y que llamó "tontos" a los denunciantes porque le estaban dando dinero.

La Fiscalía ha mantenido su petición de cárcel al apreciar un delito estafa, con "ánimo de lucro y engaño", mientras que la acusación particular, cuyo letrado es Rafael Bellido, ha rebajado su petición de 42 a 21 años de cárcel, retirando tres delitos para el acusado, después de que la Sala advirtiera a esta parte que el juicio se abrió por un delito de estafa y no por los ocho que respaldaba esta acusación.

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