Sánchez descarta indultar a Borrás, que recibe ya presiones internas para irse
La líder de Junts, a la que el presidente atribuye "flagrante prevaricación", se enroca mientras voces de su partido le piden que se aparte del escaño.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio este viernes un portazo a la posibilidad de indultar a Laura Borràs, como le proponen los jueces que han condenado a cuatro años y medio de cárcel a la presidenta de Junts. Los magistrados del TSJC que han firmado la sentencia contra Borràs plantean al Gobierno que la indulte de forma parcial para que la condena pase de cuatro a dos años y pueda evitar así entrar en prisión. Optan por este planteamiento al considerar que la pena es desproporcionada respecto a los hechos probados.
Pedro Sánchez, no obstante, lo descartó en la primera ocasión que tuvo para fijar su posición. "Entiendo que se tendrá que elevar al Supremo y luego se tendrán que pronunciar distintas instancias judiciales y finalmente tendría que ser objeto de discusión en el Consejo de Ministros", advirtió, dando largas, desde China. "Es un caso flagrante de prevaricación y de mal uso de los recursos públicos", zanjó. En cualquier caso, esta patata caliente podría tardar más de un año en llegar al Consejo de Ministros. La propia dirigente nacionalista desdeñó la medida de gracia. Se niega aceptarla pues se considera inocente.
Mientras, el día después de ser condenada a cuatro años y seis meses de cárcel y a 13 años de inhabilitación, Borràs se enrocó, se negó a dimitir, reclamó que la restituyan como presidenta del Parlament y atacó a Pere Aragonès. En Junts han cerrado filas con su líder y han secundado su discurso victimista. El secretario general de los junteros, Jordi Turull, quiere evitar escisiones, pero ya envía señales, sobre todo de cara a lo que puede pasar con la presidencia de la Cámara catalana.
Así, la presidenta de la comisión de garantías del partido, Magda Oranich, dirigente histórica de la antigua CDC y muy próxima al secretario general, apareció en TV3 para señalar que "por ahora" Borràs no será expulsada del partido, para constatar que ha sido condenada por "delitos comunes" y "no políticos" y para decir que si fuera ella "dimitiría" de la presidencia del Parlament por "dignidad". Ningún dirigente de la formación se había manifestado hasta la fecha a favor de que Borràs se aparte. En cualquier caso, desde la dirección llevan semanas filtrando posibles sustitutos como aviso a navegantes. Su cargo como presidenta de la formación también está en cuestión. La guerra interna en Junts, entre los 'lauristas/radicales' y los antiguos convergentes se recrudecerá después de las elecciones del 28-M.
La presidenta soy yo
Lo que está claro es que la dirigente de Junts no piensa irse. En estos momentos, está suspendida como diputada y como presidenta de la Cámara catalana, en aplicación de un artículo del Legislativo catalán. Tras conocerse el fallo judicial, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el conjunto de las fuerzas del Parlament, salvo Junts, le exigieron que renuncie al cargo para que se pueda investir a un sustituto. "No dimitiré", afirmó este viernes en Rac-1 y en TV3. "La presidenta del Parlament se llama Laura Borràs", aseveró. Es más, pidió al resto de fuerzas que si quieren acabar con la interinidad en la institución procedan a restituirla en el cargo. El Govern lo descartó de inmediato.
Eso sí, tiene asumido que en breve podría ser cesada como parlamentaria y, en consecuencia, como presidenta del Parlament. Vox, Ciudadanos y PP ya han reclamado a la Junta Electoral que le retire el acta de diputada. Hay dos antecedentes que no juegan a su favor: el de Quim Torra, que fue desposeído de su acta de parlamentario sin sentencia firme, y el del diputado de la CUP, Pau Juvillà, a quien ella misma apartó del escaño. Mientras, ejerce de ariete contra Aragonès y ERC por "colaborar" con el Estado.
