El riesgo de ruptura entre Yolanda Díaz y Podemos desluce la victoria del Gobierno en la moción de censura

El ala socialista del Gobierno teme que los morados acaben primando su poder aunque eso suponga irse a la oposición.

Yolanda Díaz, a su llegada este martes al Congreso
Yolanda Díaz, a su llegada este martes al Congreso
Efe

Pedro Sánchez echó este miércoles en cara a Vox y a Ramón Tamames, el casi nonagenario exdirigente del PCE que accedió a ejercer como insólito candidato en la segunda moción de censura del partido de Santiago Abascal, el "show". El jefe del Ejecutivo habló incluso de "fraude constitucional" por el uso dado a un poderoso instrumento parlamentario concebido fundamentalmente para ofrecer una alternativa real de Gobierno en momentos críticos. Pero lo cierto es que los socialistas salieron relativamente satisfechos de la dos jornadas de debate celebradas en la Cámara baja. "Ha sido una moción bumerán", llegó a ironizar su portavoz parlamentario, Patxi López. "Gracias por hacer ver que el Gobierno progresista que preside Pedro Sánchez es el Gobierno de la gente y que necesitamos que dure mucho".

Sobre el papel, las cosas fueron casi como se había concebido desde la Moncloa. La censura de Vox y Tamames -al que se vio tan dispuesto a disfrutar de la oportunidad de protagonizar, en el ocaso de su vida, de una experiencia al alcance de muy pocos como desconectado de las dinámicas y rigores de la vida política actual- no cosechó más respaldo que el de los 52 parlamentarios de la extrema derecha y del exdiputado de Ciudadanos Pablo Cambronero. Hubo 201 votos en contra. Y el PP, junto a los dos diputados expulsados de UPN hace un año, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, cumplió con lo anticipado y optó por la abstención, lo que dio pie a Sánchez para cuestionar la moderación sobre la que Alberto Núñez Feijóo aspira a ensanchar su base electoral. "Calla -recriminó-, pero con su silencio lo dice todo. Sabe que necesita a Vox para poder gobernar en comunidades y ayuntamientos".

La moción de censura sirve a Yolanda Díaz para catapultar su candidatura a la plataforma ‘Sumar’

Después de haber exhibido desde la tribuna la acción concertada de Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz y de haber dedicado horas de discurso a reivindicar su acción política, a bombardear con los datos de creación de empleo, de aumento de inversiones o de crecimiento económico, a presumir de la pacificación de Cataluña, a sacar pecho por la puesta en marcha de reformas como las del mercado laboral o las pensiones sin sufrir la más mínima protesta social y a alertar sobre el "retroceso" que supondría un Ejecutivo de coalición de PP y Vox, en el PSOE creen que han logrado cierto oxígeno en un momento crucial, a apenas dos meses para las elecciones del 28-M. Pero no todo es alborozo.

Los socialistas son también plenamente conscientes de que las nubes que llevan tiempo cerniéndose contra la coalición no se han terminado de disipar y que la pugna entre Podemos y Díaz por cómo se organiza y se reparte el espacio a la izquierda del PSOE, que tanto el martes como este miércoles mismo pudo visibilizarse en las declaraciones de Ione Belarra e Irene Montero, sigue siendo una amenaza para la reedición del "Gobierno progresista" tras las generales de diciembre. "Si no van juntos a las urnas pueden perderse muchos votos", insisten fuentes gubernamentales.

La segunda moción de censura de Vox contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, liderada por el economista Ramón Tamames ha fracasado este miércoles en el Congreso tal como estaba previsto, ya que ha recibido 201 votos en contra. 
EFE

Su temor es que, pese a todo, los morados prefieran conservar el control sobre su parcela de poder, aun a riesgo de pasar a la oposición, antes que cederla. Precisamente el protagonismo adquirido por la vicepresidenta segunda con su intervención en la primera sesión de la moción contribuyó a relegar a Podemos, como organización, a un segundo plano.

"Soltar la mano" del PP

La semana pasada los morados plantearon a los socialistas y a los aliados del llamado bloque de investidura que solo participasen mujeres en la tribuna de oradores, y propusieron, por su parte, a Díaz, Belarra y Montero. Pero su llamamiento no tuvo apoyo. Alejadas de los focos, la presencia de las números uno y dos del partido se limitó presenciar las sesiones desde la bancada reservada al Gobierno y a las declaraciones en los pasillos del Congreso, desde donde llamaron al PSOE a "cerrar los asuntos pendientes" como la ley de vivienda -que sigue encallada, a falta de acuerdo- o la reforma de la ley del 'solo sí es sí'. Dos asuntos de los que tanto los socialistas como Díaz buscaban pasar página en la moción para centrarse en el 28-M.

La ministra de Igualdad emplazó este miércoles a su socio de Gobierno a "soltar la mano" al PP y "demostrar con hechos" las palabras pronunciadas tanto por Sánchez como por López durante la moción. "Demostremos que esta mayoría está fuerte para afrontar los próximos años de nuestro país", zanjó Montero. Desde fuera, el exvicepresidente Pablo Iglesias, pedía la dimisión de los ministros de Exteriores y de Defensa se si confirmaba el espionaje de Marruecos al presidente.

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