Díaz exhibe su sintonía con Errejón en pleno pulso con Podemos por el control de Sumar

La vicepresidenta y el líder de Más País comparten un acto sobre salud mental al que la formación morada no acudió porque asegura que no fue invitada.

Yolanda Díaz e Íñigo Errejón, durante el acto organizado ayer por el Ministerio de Trabajo.
Yolanda Díaz e Íñigo Errejón, durante el acto organizado ayer por el Ministerio de Trabajo.
CHEMA MOYA/EFE

Una imagen vale más que mil palabras. Este viejo dicho se ajusta a la perfección a la fotografía y al acto que compartieron ayer la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y el líder de Más País, Íñigo Errejón, en el marco de la presentación de un informe del Ministerio de Trabajo sobre la relación entre la salud mental y los empleos precarios.

Sobre el papel, el encuentro se limitó a una presentación de expertos médicos sobre un grave problema que afecta a cientos de miles de españoles. No obstante, el acto tuvo una importante carga simbólica en lo que al año electoral se refiere y más aún a cuenta de la presión que, desde hace meses, ejerce Podemos sobre la líder de Sumar para que defina su proyecto de alianza a la izquierda del PSOE. La invitación a Errejón está en condiciones de levantar ampollas en la formación de Ione Belarra, que por medio de su secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, constató no haber sido convocada. "Todas las fuerzas políticas están siempre convidadas", respondió de manera implícita la ministra durante su intervención poco después.

La vicepresidenta no nombró este viernes a Belarra o Irene Montero, que día sí y al otro también la emplazan a revelar sus planes y pactar un acuerdo en el que, defienden las ministras de Derechos Sociales e Igualdad, la formación morada deberá hacer prevalecer su voz por mucho que Díaz sea la cabeza de lista. La titular de Trabajo fue meridianamente clara cuando se dirigió a Errejón, enemigo público número uno de la dirección de Podemos tras el portazo que dio al partido que fundó junto a Pablo Iglesias para ser candidato autonómico en Madrid de la mano de la exalcaldesa Manuela Carmena. "La política va de hablar de la vida de la gente, no va de ruidos, no va de fuerzas ni va de presiones. Va de trabajar desde posiciones diferentes, pero siempre complementarias y sabiendo que tenemos un reto común, que es mejorar el país. Y yo quiero darte las gracias, en nombre propio y colectivo", trasladó Díaz al ex número dos de Podemos y hoy líder de Más País.

Errejón tampoco ahorró elogios hacia su anfitriona. "Con este Ministerio (el de Trabajo) da gusto colaborar y eso es algo que no ocurre con otros", señaló el diputado nada más iniciar su intervención sentado a la derecha de la vicepresidenta. Errejón no especificó si esos otros departamentos del Gobierno con los que no se puede trabajar pertenecen al PSOE o a Podemos.

Nadie se esfuerza en disimular la animadversión entre el ex número dos de la formación morada y Belarra, Montero, e Iglesias. Pero a todos ellos, a modo de la cuadratura del círculo, los necesita Díaz en su proyecto colectivo de Sumar.

Sin presiones

La vicepresidenta culminará en dos semanas su "proceso de escucha" de la sociedad civil para conformar una gran alianza progresista que agrupe a todos las fuerzas a la izquierda del PSOE. Nadie duda de que dará un paso al frente, pero le quedan por atar los cabos más importantes de su proyecto, empezando por las primarias abiertas que reclama Podemos y que, dada la ventaja de los de Belarra en volumen de militancia, les daría el control de las listas electorales en detrimento del resto de socios.

A favor de la vicepresidenta juega su alta valoración como líder político en las encuestas, una vez más la que mejor obtiene según el barómetro del CIS de marzo. También Errejón tiene cartas en su mano. Fracasó en las pasadas generales al obtener solo dos escaños pero en las elecciones autonómicas de mayo de 2021 Más Madrid, la marca local de Más País, se erigió en la segunda fuerza de la Asamblea Regional por delante del PSOE. Este es un plus electoral al que Díaz no está dispuesta a renunciar en la tercera circunscripción que más diputados aporta al Congreso.

Para lograr una candidatura unitaria Díaz deberá lidiar los próximos meses no solo con la voluntad de control de Podemos sobre la coalición, sino también con los egos y las enemistades personales dentro de la izquierda.

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