Una mujer degüella a su bebé en Valencia, se sube a la azotea y se lanza a la calle

Las emergencias sanitarias salvaron la vida de la mujer, que está grave. El cadáver del pequeño, de 11 meses, fue hallado en el interior de la casa.

Agentes de la Guardia Civil en el lugar donde ocurrieron los hechos
Agentes de la Guardia Civil en el lugar donde ocurrieron los hechos
Efe

Vilamarxant, un pueblo de unos 10.000 habitantes próximo a Valencia, estaba en estado de 'shock'. Fue tras enterarse de que Cristina S. N., una vecina de 36 años, había degollado esa mañana con un cuchillo de cocina a su bebé de solo once meses y luego se había arrojado al vacío desde la terraza de un edificio de tres plantas, pero que equivalía a unas cuatro alturas. La presunta parricida, que pese a las graves heridas sufridas sobrevivió a la caída, dejó al parecer una nota en la vivienda en la que explicaba los motivos que le habían llevado a cometer este horrendo crimen. Las primeras averiguaciones apuntan a que la homicida podría sufrir problemas psicológicos desde hacía varios meses.

El trágico suceso ocurrió pocos minutos antes de las diez de la mañana del lunes. Varias patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local de Vilamarxant acudieron con urgencia a la calle Pobla de Vallbona tras recibir el aviso de un vecino, que explicó que una mujer se había lanzado al vacío desde un edificio situado junto al parque Sant Blai.

Cuando llegaron los primeros agentes, la vida de Cristina pendía de un hilo. Los guardias civiles se concentraron en auxiliar a la mujer, pensando que se trataba de un simple intento de suicidio, sin saber el horror que les quedaba por descubrir. Fue unos minutos después cuando hallaron el cadáver del niño, tras subir a la terraza del edificio para localizar el lugar desde donde se había tirado al vacío la mujer.

Mientras inspeccionaban el edificio, los agentes siguieron un reguero de sangre que iba desde la casa hasta la azotea, donde encontraron el cuerpo ensangrentado y sin vida del pequeño junto a un trastero. La presunta parricida no tiene antecedentes por maltrato infantil ni tampoco en el sistema de violencia de género, según confirmaron fuentes policiales y jurídicas. Los investigadores barajan la hipótesis de que acabase con la vida de su hijo en la vivienda y que después trasladase su cuerpo al trastero.

Un equipo del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) asistió a la mujer en la calle, y tras lograr estabilizarla pese a los graves traumatismos que presentaba, la intubaron y la trasladaron en la ambulancia al Hospital La Fe de Valencia, donde quedó ingresada "con pronóstico reservado", según fuentes médicas, y bajo custodia de dos guardias civiles. La herida también presenta lesiones en las muñecas y el abdomen, que pudo realizarse antes de arrojarse al vacío, pero aún así parece que su vida no corre peligro.

El otro hijo, en la escuela

Junto al juez de guardia de Lliria, el forense y los bomberos, un equipo del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil de Valencia se desplazó al lugar para apoyar en las pesquisas a sus compañeros de la Policía Judicial al cargo de las investigaciones. Los agentes realizaron una minuciosa inspección en la azotea y la vivienda, tomaron fotografías del cadáver, del reguero de sangre y del cuchillo utilizado para cometer el crimen. El cuerpo sin vida del pequeño fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia para practicarle la autopsia por orden del instructor, que decretó el secreto del sumario.

El padre del bebé, que acudió a la casa en cuanto tuvo noticia de la tragedia, es un militar de 34 años que está destinado en el cercano acuartelamiento de Marines. La pareja está empadronada en Vilamarxant desde 2017, según confirmaron fuentes municipales, y tienen un segundo hijo pequeño que en el momento del crimen estaba en el colegio. El padre del bebé sufrió un choque emocional muy fuerte cuando un agente le informó de que había encontrado el cuerpo sin vida de su bebé.

El crimen causó una gran conmoción en el pueblo. "Esto es inhumano. ¿Cómo matas a un bebé que no tiene culpa de nada?", manifestó una mujer con rabia y pena tras enterarse del crimen. Algunos vecinos indicaron que Cristina sufría depresión desde que dio a luz al bebé ahora fallecido y que incluso habría intentado suicidarse en dos ocasiones previas. La mujer tuvo que abandonar su anterior empleo, al parecer para poder cuidar a su hijo, y llevaba una vida aparentemente normal en el pueblo.

El matrimonio llegó a Vilamarxant hace cinco años, pero no tenía mucha relación con el vecindario. La mayoría no conocía a a esta madre más allá de un "hola" o un "adiós". La calle estaba desierta por la mañana mientras los investigadores de la Guardia Civil inspeccionaban el edificio y hablaban con los testigos.

El consistorio declaró dos días de luto oficial y convocó para mañana, a las 12.00, un minuto de silencio en solidaridad con el bebé y la familia.

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