El PSOE se arriesga a reformar el 'solo sí es sí' sin Podemos y con el PP

Montero incide en la "fuerte discrepancia" por el consentimiento y Belarra dice que sus socios les fuerzan a negociar porque "les tiemblan las piernas".

Una enmienda paraliza la aprobación de la ley del solo sí es sí.
Ministra de Igualdad, Irene Montero, en una foto de archivo.
Chema Moya

El PSOE y Unidas Podemos siguen encallados en la fórmula para reformar la ley del 'solo sí es sí'. A cuatro meses de las municipales y autonómicas del 28 de mayo, el tiempo corre en contra del Gobierno y la amenaza de Pedro Sánchez de enmendar la norma con o sin su socio se hace cada vez más patente. Sin embargo, en Ferraz empiezan a ser conscientes de que, de seguir adelante sin el plácet de los morados, se verán obligados a sacar adelante el cambio en el Código Penal de la mano del PP y Ciudadanos, las únicas formaciones que hasta ahora han ofrecido públicamente el voto de sus diputados para emprender la modificación. Anoche, la ministra de Igualdad, Irene Montero, confió en Telecinco en que sus aliados no se apoyen en la derecha, pero recalcó la "fuerte discrepancia" existente en torno al consentimiento.

Los socialistas mantienen que el coste político que tendría este movimiento "está calculado milimétricamente", pero en Podemos utilizan ya la aritmética parlamentaria como munición para presionar en las negociaciones. En medio de una liturgia similar a la practicada en otras negociaciones de alto voltaje, como la ley de vivienda o el tope a las hipotecas variables, la secretaria general de los morados y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, justificó que su partido "se ha visto obligado a plantear propuestas" de reforma porque al PSOE "le suelen temblar las piernas".

En declaraciones a TVE, insistió en que su socio está "recibiendo presiones por parte de la derecha". También reconoció que Igualdad ha puesto nuevas propuestas sobre la mesa, que no detalló, pero aseguró que "están siendo rechazadas por el PSOE". En cuanto a la rebaja de condenas a delincuentes sexuales -al menos 372 hasta este miércoles, con una veintena de excarcelaciones-, la ministra evita ceder terreno y mantiene la tesis de que la falla parte de "una minoría de jueces que está aplicando de manera incorrecta la ley". "Estoy dispuesta a que me llamen soberbia u obcecada" en busca de un acuerdo, enfatizó por la noche Montero, quien volvió a vindicar la nueva legislación como protectora de las mujeres.

Para el PSOE, la opción de recurrir a los aliados del llamado bloque de investidura se ha disipado esta semana, una vez se evidenciaron las posiciones que mantienen los socios de la coalición. En mayor o menor medida, Esquerra, EH Bildu, PNV y Más País cerraron filas en torno al blindaje del consentimiento. Estos partidos ya habían mostrado su preocupación por "los efectos negativos de la ley" cuando las conversaciones en la coalición aún se llevaban en secreto, pero dejaron claro que mantienen su apoyo a evitar una diferenciación entre las agresiones con o sin violencia o intimidación, como lleva proponiendo el Ministerio de Justicia desde el pasado 8 de diciembre. Propuesta que rechazan tajantemente los de Belarra.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, una de las primeras voces del espacio de Unidas Podemos en reconocer que era necesario un retoque en la norma, ha roto su equidistancia y también se alinea con los morados. "Lo importante es que respetemos el consentimiento tal y como nos demanda el propio Convenio de Estambul", zanjó este miércoles en una visita a Valladolid. Los socialistas insisten en que no se va a tocar la libre voluntad sexual.

Forzar la máquina

Mientras tanto, las negociaciones se suceden de forma intensa. La titular de Justicia, Pilar Llop, decidió este miércoles a última hora no subir al vuelo Madrid-Rabat que llevó a Pedro Sánchez y otros once ministros a la Reunión de Alto Nivel con Marruecos. De ahí se marchó a la mesa de negociaciones con el objetivo de forzar la máquina para evitar que se cumpla su propia amenaza de reformar la norma estrella de Igualdad sin Podemos, lo que evidenciaría una ruptura en el Gobierno. La más grave de la legislatura.

En Podemos confían en que esta posibilidad se convierta en una herramienta más de presión en las conversaciones. "Las posturas no han cambiado, confiamos en que el PSOE se termine moviendo de su trinchera, como ha hecho otras veces", explican a este periódico fuentes cercanas a la dirección morada. Desde el PSOE, en cambio, tratan de convencer a sus socios de que el consentimiento seguirá "intocable" en la reforma de la ley del 'sólo sí es sí' y que su propuesta de modificación solo pretende agravar las penas para que los "desalmados" agresores sexuales no se beneficien de las reducciones de condenas. Así lo trasladaron este miércoles el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, primero, y posteriormente el secretario de Estado de Justicia, Tontxu Rodríguez.

Pero es este "endurecimiento" el que activa las alarmas de Podemos. Los de Belarra consideran que volver a distinguir los delitos con violencia o intimidación del resto de agresiones sexuales dinamitaría el consentimiento y «volver al calvario probatorio», como aseguran desde Igualdad, al que se sometía a las víctimas cuando tenían que demostrar que habían sido violadas y no abusadas.

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