Santoral del 3 de febrero: de quién es patrón San Blas y de qué nos protege
Zaragoza y otras localidades de Aragón celebran el día del “abogado contra los males de garganta”, en el que es tradición comer roscones o rosquillas.

Cuenta la tradición que, cierto día, el médico y obispo San Blas salvó a un niño que se había atragantado con una espina de pescado. Con San Valero ya en el recuerdo de los zaragozanos, este viernes, 3 de febrero, se celebra el Día de San Blas, que tiene por costumbre bendecir las gargantas y que tendrá como centro de la celebración la iglesia de San Pablo de la capital de Aragón. Venerado tradicionalmente como “abogado contra los males de garganta”, todo el que quiera conmemorar esta fiesta tendrá que comer los populares roscones o rosquillas de San Blas, previamente bendecidas en una misa en honor al santo.
Lo cierto es que no se sabe demasiado de este obispo armenio. Conocido por su don de curación milagrosa, no se escribió la historia de su vida hasta cuatro siglos después de su muerte, por lo que son muchas las dudas que se arrojan sobre este santo. Su principal virtud fue la claridad y que se le decapitó por su fe, en torno al año 316.
De qué es el patrón San Blas
San Blas fue un médico y obispo de Sebaste –Armenia-, durante los siglos III y IV, un tiempo en el que fue especialmente conocido por haber obrado numerosas curaciones milagrosas. Esto le valió para convertirse en patrón de los otorrinolaringólogos y de quienes padecen alguna afección en la garganta.
Además de Zaragoza, San Blas es también patrón de otras localidades zaragozanas como Fonz, Miedes, Chiprana o Ateca, donde una lluvia de manzanas recibirá a la tradicional Máscara en su ascenso al cerro.
Algunas historias hacen referencia a su amor por los animales, a quienes también curaba. Incluso después de haber sido nombrado obispo, vivió como eremita en una cueva en el bosque del monte Ageus, que después convirtió en su sede episcopal. Hasta allí se acercaban animales enfermos o heridos para que los curase.
Qué se pide a San Blas
A San Blas se le recuerda por su faceta de médico y, sobre todo, como patrón de los otorrinolaringólogos. Es por ello por lo que, desde los orígenes de los cultos de los santos, siempre ha sido tradición pedirle protección ante dolencias del oído, la nariz y la garganta.
Puesto que se le considera el protector de aquellos que sufren una dolencia en la garganta, se escribió una oración dedicada a él, que alude al milagro de la espina de pescado:
“Oh Glorioso San Blas, quien, con una breve oración, restaura la salud perfecta a un niño que estaba a punto de enviar el último anhelo por una espina de pescado atravesada en su garganta, danos toda la gracia para experimentar la efectividad de tu patrocinio en todos los dolores de garganta, pero sobre todo, de mortificar con la fe práctica de los preceptos de la Santa Iglesia, este sentido tan peligrosos, y usar siempre nuestro lenguaje para defender las verdades de la fe tan luchadas y denigradas en nuestros días. Así sea.”
Cómo fue el final de San Blas
En la época del emperador de Capadocia, Agrícola, durante las persecuciones a los cristianos de principios del siglo IV, San Blas fue torturado y ejecutado. Cuando un grupo de cazadores fue a buscar animales al bosque de Argeus para los juegos de la arena, vieron a buena parte de ellos agrupados fuera de la cueva, probablemente buscando protección. El Santo estaba orando en ese momento y fue tomado como prisionero.
Tras su captura, se le exigió que renegara de la fe, pero rechazó la propuesta de plano. Es por ello por lo que fue enviado a prisión, donde permaneció algunos días predicando entre cautivos y condenados a muerte, al tiempo que curaba enfermos y bautizaba a quienes querían hacerse cristianos.
De acuerdo a las Actas de San Blas, fue condenado a morir por ahogamiento. Pero entonces ocurrió algo milagroso y es que, cuando fue arrojado a las aguas, el Santo empezó a caminar sobre estas. De ahí fue conducido al cadalso, torturado y, finalmente, decapitado. En el año 316 d.C., en tiempos del emperador Licinio, murió como mártir.
Cómo se celebra San Blas en Zaragoza
Hace días que los zaragozanos están inmersos en la preparación de San Blas, cuyo epicentro será la iglesia de San Pablo -de donde es patrón desde hace siglos-, en el Casco Histórico de Zaragoza, donde a primera hora de este viernes se colocarán media docena de mesas portátiles con roscones, rosquillas o caramelos bendecidos.
La iglesia de San Pablo estará abierta en horario ininterrumpido desde las 8.30 hasta las 20.30. En total, se celebrarán hasta nueve misas y, al finalizar cada una de ellas, se llevará a cabo la tradicional bendición de alimentos. Los horarios de las eucaristías son: por la mañana, 9.00, 10.00, 11.00, 12.00 y 13.00 y, por la tarde, a las 17.00, 18.00, 19.00 y 20.00.