Pablo y Yolanda ya no suman

La designación de Díaz como sucesora de Iglesias marcó un punto de inflexión en su relación que afecta de lleno a la estrategia de Podemos y Sumar.

Pablo Iglesias y Yolanda Díaz.
Pablo Iglesias y Yolanda Díaz.
H. A.

Si quedaba alguna duda del distanciamiento entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, ambos se han encargado de despejarla a lo largo de esta semana. El domingo pasado, el exlíder de Podemos -actuando como si aún fuera el secretario general del partido- pidió a la vicepresidenta segunda "respeto" para los morados. Y aunque desde su formación negaron que el mensaje fuera dirigido a la líder gallega, al día siguiente este volvió a recordar que fue "la generosidad" de los suyos la que la convirtió en ministra. Solo 24 horas más tarde, la líder gallega rompió su silencio para responder a Iglesias que "no le debo nada a nadie" y afearle que airear estas rencillas internas son cosa de "la pequeña política" que tanto "desagrada" a Díaz.

Era el último capítulo de una serie de desaires que les han llevado a no dirigirse la palabra, a poner de relieve las tensiones que existen entre Podemos y Sumar, el proceso de escucha que Díaz está preparando, y que tienen su punto de inflexión en marzo del año pasado, cuando Iglesias ungió a la líder gallega como sucesora y futura candidata a las generales. Todo sin habérselo comunicado previamente.

Desde ese momento empezaron los recelos entre ambas partes, principalmente por la aspiración del partido que dirige Ione Belarra por liderar el espacio político, de ser «la nave nodriza» en contraposición a la autonomía con la que se maneja Díaz, que no tiene cargo orgánico en el partido -solo cuenta con carnet del PCE- y recela de las estructuras jerárquicas de estos.

Pero esto no siempre fue así, hubo un tiempo en el que entre Iglesias y Díaz reinaba una admiración profesional sincera y una gran amistad. Su primer contacto tuvo lugar en 2012, con la resaca del 15-M aún en el ambiente. Iglesias, que entonces era colaborador de Izquierda Unida, viajó a Galicia para asesorar a Díaz. El objetivo era poner en marcha Alternativa Galega de Esquerda, una coalición de izquierdas junto a elementos nacionalistas que se consolidó como la principal oposición al presidente Alberto Núñez Feijóo y fue el germen de la posterior unión entre Podemos y las mareas que tantas alegrías dio a los morados en las municipales de 2015. Ganaron en Santiago de Compostela, La Coruña y Ferrol, donde Díaz había sido concejala.

"La niña del PCE"

La relación personal entre ambos fue creciendo cuando Díaz desembarcó en Madrid como diputada de En Marea tras las generales de 2015. Iglesias la acogió varias veces en su casa y le llamaba cariñosamente "la niña del PCE". La entonces parlamentaria siempre se mantuvo junto al líder del partido pese a las diferencias políticas y las tiranteces que iban surgiendo entre la dirección de Podemos y otras confluencias. Su amistad era suficiente para pasar por alto cualquier tipo de rivalidad política.

En 2019, tras las generales de abril, llegaron las negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos. Iglesias lanzó un órdago a Pedro Sánchez el 19 de julio y aceptó no tener un puesto en el Consejo de Ministros si eso facilitaba la formación del primer Gobierno de coalición en España desde la restauración e la democracia. Como relatan los periodistas Enrique Monrosi y María Llapart en el libro 'La coalición frente a la pandemia', Díaz no tardó en mensajear a su amigo. "Estoy desconsolada, Pablo", le escribió. La respuesta del entonces líder morado no se hizo esperar: "Igual te toca ser ministra, así que a trabajar». «No pienso ser nada si tú no estás en esto", respondió ella.

El 'pacto del abrazo' se acabaría fraguando en noviembre de aquel año, días después de la repetición de las generales. Díaz acabó, pese a sus reticencias iniciales, obteniendo la cartera de Trabajo y convirtiéndose, durante la pandemia y el año siguiente, en la ministra mejor valorada del Gobierno.

Pero cuando Iglesias la señaló como sucesora antes de dejar el Gobierno para disputar a Isabel Díaz Ayuso la Comunidad de Madrid la relación entró en declive. Díaz aún no acepta la candidatura y niega que esta dependa directamente de Podemos -"solo si vosotros queréis, yo daré un paso adelante", dijo el martes a los asistentes a un acto de Sumar en Pamplona-. Su primer paso, antes de armar la plataforma, había sido organizar un encuentro en Valencia junto a Mónica Oltra (Compromís), Mónica García (Más País) y Ada Colau (En Comú), sin la presencia de Irene Montero o Ione Belarra. Una espina que Iglesias sigue teniendo clavada: "¿Cómo cree que se sintió la militancia de Podemos cuando vieron excluidas a las dirigentes del partido?".

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