El maltrato psicológico a las mujeres también tiene consecuencias físicas

Es "tremenda" por ser invisible a los ojos de personas no expertas, advierten los especialistas,

Dos víctimas de violencia machista se toman las manos en la Casa de la Mujer de Zaragoza.
Dos víctimas de violencia machista se toman las manos en la Casa de la Mujer de Zaragoza.
Toni Galán

La violencia psicológica que sufren las mujeres víctimas de violencia machista deja también huellas en el cuerpo, desde insomnio a dolores de cabeza o de espalda, síntomas ante los que los profesionales de la salud deberían estar preparados.

En el marco del congreso internacional para el estudio de la violencia contra las mujeres que se desarrolla en Sevilla, la profesora titular de psicología social de la Universidad de Sevilla Trinidad Núñez ha subrayado la importancia de "entrenar a los profesionales de la salud para que puedan sintonizar con esto".

La cuestión psicológica es "tremenda" por ser invisible a los ojos de personas no expertas, pero tiene consecuencias que "se reflejan en lo físico" como dolores de cabeza, insomnio o dolores de espalda, entre otros muchos síntomas, ha explicado Núñez.

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud reconoce que la salud de las mujeres que sufren violencia machista es "infinitamente peor". Núñez ha añadido que "la vulnerabilidad es extrema, tu cuerpo representa lo que pasa".

La experta dice que estos efectos a veces son muy sutiles pero poco a poco son devastadores. "Si tu vas al centro de salud con un moratón en la casa, la situación es clara, pero cuando vas con un dolor de cabeza y no tienes una forma de mirar, esos matices se te escapan".

Núñez ha explicado que las clasificaciones de violencia psicológica son múltiples, como la violencia pasiva y activa. La activa incluye insultos y desprecios mientras que en la pasiva se añade el abandono emocional o silencios, "es un desprecio sin palabras".

También existe la violencia emocional que significa atacar objetos o situaciones apreciadas por las mujeres como romper su ritmo de sueño, corregirle la vestimenta o manejar sus claves de acceso. Esto incluye la violencia vicaria, en la que los agresores atacan a los hijos de las víctimas con el fin de causarle dolor.

Se suma además la violencia social que incluye el maltrato ante terceras personas que, ha dicho Núñez, "muchas veces no son tan evidentes por la tendencia a normalizar estas situaciones, a menos que tengas el foco puesto se te escapa".

La primera fase psicológica por la que pasa una mujer que sufre violencia es el sentimiento de responsabilidad y el pensamiento de 'me lo merezco'. "Hay mujeres que lo tapan, se ponen un vendaje en los ojos y por eso el apoyo de la familias y de amistades es importante. Ese recorrido hasta liberarte, hasta quitarte todas las capas, es durísimo".

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